El
ministro de Justicia, Rafael Catalá, hizo entrega de los títulos de
notarios a una nueva promoción, compuesta por 41 hombres y 49 mujeres, quienes
estuvieron acompañados de numerosos familiares y amigos. En el acto también
participaron la subsecretaria de Justicia, Áurea Roldán; el director general de
los Registros y del Notariado Javier Gómez Gálligo, y el presidente del Consejo
General del Notariado, José Manuel García Collantes.
Rafael Catalá, Notario Mayor del Reino, destacó los “años de esfuerzo, estudio y
preparación” de los nuevos notarios, a los que consideró “un ejemplo a seguir en
estos tiempos en los que se suele decir que las cosas importantes no se
consiguen con trabajo y continuidad”. Catalá agradeció el apoyo prestado por
familiares y preparadores a los opositores, además de dedicar unas palabras de
reconocimiento a los miembros del tribunal de oposición.
El
titular de justicia en funciones adelantó la noticia de una próxima convocatoria
de oposiciones ya que “queremos mantenerlas con dinamismo. El Notariado es uno
de los pilares fundamentales de nuestro ordenamiento; su desarrollo corre en
paralelo con el Derecho español; no en vano nuestra Ley decana es la orgánica
del Notariado de 1862, todavía vigente. Pero no debemos olvidar que el notario
hace mucho más que lo que describe esta ley. Desde la óptica de la función
social ejerce el servicio público a los ciudadanos. Tenéis encomendada una
importante misión, que va más allá de lo que dicta la Ley. Todo el mundo del
Derecho espera mucho de vosotros y tenemos confianza plena en vuestro buen
hacer”.
Catalá recordó las palabras del fallecido Juan Francisco Delgado de Miguel
–notario y autor de numerosas obras sobre Derecho Notarial- quien señalaba que
“pocas profesiones como la notarial tienen la ocasión de vivir en el día a día
los ideales de Justicia”. También rememoró algunos de los valores notariales,
recopilados en un decálogo de la profesión: “obra con prudencia, estudia con
pasión, asesora con lealtad, cíñete a la Ley y ejerce tu profesión con dignidad.
Creo que el secreto para ser buen profesional no consiste en otra cosa que
hacerlo con honestidad, pasión y pensando en los demás”.
“Debéis ser profundos conocedores del Derecho vigente, prosiguió el ministro.
Han sido muchas las reformas aprobadas durante la pasada legislatura. Todas
ellas, orientadas a dar soporte legal a las necesidades de España, acreditan la
voluntad del Ministerio de modernizar y acercar la Justicia al ciudadano. Buena
parte de estas normas han sido orientadas a fortalecer la profesión de los
notarios, como la Jurisdicción Voluntaria, la de concesión de nacionalidad a los
sefardíes, la de coordinación de Registro y Catastro o la regulación de las
subastas notariales”.
“Son esenciales los profundos conocimientos jurídicos, pero también se os debe
tener como hombres y mujeres de buena fe. Toda vuestra actuación debe estar
regida por la honestidad y la vocación de servicio público. La ejemplaridad debe
ser un referente común para todos los ciudadanos y, sobre todo, para los
servidores públicos. Como señala el filósofo Javier Gomá –hijo y hermano de
notarios- el requisito de la ejemplaridad es alcanzar la excelencia sin olvidar
los valores cívicos fundamentales”, resaltó Catalá.
Por último, el ministro valoró positivamente la labor de los notarios que han
precedido a los que ejercen en la actualidad, así como la “extraordinaria tarea
del Consejo General del Notariado, en un ejercicio de lealtad y colaboración con
el Ministro de Justicia”.
José Manuel García Collantes señaló el significado simbólico del acto de ayer:
“El Estado os confía como misión devolver a la sociedad lo que ella os ha dado.
Vuestro deber es servir a la Seguridad Jurídica Preventiva mediante la
autenticidad, una prerrogativa que nos concede el Estado y permite convertir en
públicos los documentos privados. Se os exige que cumpláis la autenticidad en el
fondo y en la forma, pero no olvidéis nunca que no debéis perder la autenticidad
como personas.” Para el presidente del Notariado “hay una sola función notarial,
inescindible. No somos funcionarios y profesionales, sino que ejercemos una
única función pública”.
En
representación de su promoción, tomo la palabra el número uno de la oposición,
Francisco Cubiilas, quien también expresó su “agradecimiento a los
preparadores”. Para el nuevo notario “hoy es el día en que simbólicamente
cerramos una etapa y nuestros anhelos toman cuerpo, atrás quedan muchos días de
renuncias hoy colmados por este éxito profesional”.
“Llegamos a ejercer nuestra función en un momento de muchos cambios legislativos
–durante nuestra preparación tuvimos que incorporar al temario la Ley de
Jurisdicción Voluntaria o reformas en la Ley General Hipotecaria-. La atribución
de nuevas competencias es una muestra de la confianza de la sociedad en la
función notarial en el ámbito no contencioso y nos permitirá acercarnos más a
los ciudadanos. Es mi deseo que ejerzamos nuestra profesión de una manera digna,
útil para el ciudadano y al servicio de la sociedad para mantener el alto
concepto público de la profesión notarial. Para ello, debemos seguir dedicando
nuestro tiempo a la preparación y a la ayuda de los futuros compañeros, así como
a actividades corporativas y, como no, a estudiar y seguir aprendiendo”,
concluyó Cubillas.
La nueva promoción
La mayoría de los nuevos notarios se habían presentado en más de una ocasión a
anteriores convocatorias de la oposición, habiendo dedicado de media más de
cinco años a estudiar el temario (el 87’5 por ciento de los aprobados dedicaron,
de promedio, cincuenta horas semanales). Se estima un mínimo de 3.000 horas de
estudio para tener opciones de superar los cuatro ejercicios. De los aprobados,
un 54’5 por ciento son mujeres, frente un 45’5 de hombres. El 72 de los
opositores que han aprobado no contaban con ningún precedente familiar directo
en el Notariado (ni padres ni hermanos).
Los nuevos notarios podrán escoger entre las notarías que estén vacantes en el
momento en que se convoque el necesario concurso por la Dirección General de los
Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia. La oposición
contó con dos tribunales encargados de evaluar a los aspirantes. Cada uno de
ellos estuvo presidido por un notario y constituido por seis vocales: dos
notarios, un registrador de la propiedad, un abogado del estado, un profesor
universitario de Derecho Civil y un magistrado.