Nos fijamos en un despacho que sigue un modelo de negocio peculiar dentro del
sector legal, al menos hoy en día: el cooperativismo. Hablamos del Col·lectiu
Ronda – Colectivo Ronda, un bufete con más de 40 años de historia.
Este
despacho barcelonés fue fundado en 1972 y por aquel entonces se dedicaba
fundamentalmente al asesoramiento laboral y de seguridad de los trabajadores
además de asesorar a víctimas de la represión franquista.
Llegada la democracia, sus fundadores pensaron que quizás su labor ya no sería
necesaria. Pero como ha demostrado el tiempo, ha sido todo lo contrario: el
derecho laboral, especialmente desde el punto de vista de defensa de los
trabajadores, está en pleno apogeo y no parece que esta tendencia vaya a
revertirse. Así que Ronda se convirtió en un referente para las clases populares
catalanas, desde el punto de vista del derecho laboral.
En
los ’80, Ronda da su salto a una organización cooperativista, en la línea con su
ideario y con una de las especialidades dentro del derecho del Trabajo.
Desde entonces, con unos 80 profesionales cooperativistas, se ha expandido por
Catalunya y, recientemente, ha abierto una sede aquí, en Madrid. Hablamos de
este modelo de negocio, de su éxito y de su idea de lo que es un bufete con uno
de sus socios cooperativistas y responsable del área de Salud y Trabajo, Jaume
Cortés
Lawyerpress (LP): Lo primero que llama la atención de Ronda es que haya
mantenido su estructura de cooperativa ¿Cuáles han sido las razones?
Jaume Cortés (JC):
Bueno es algo que nos funciona, es una estructura muy democrática y que nos ha
servido para poder estar 45 años al pie del cañón. Esto en un despacho de
abogados no es fácil, con lo que somos un grupo de personas que creemos en el
proyecto, que creemos en el cooperativismo y de alguna manera es lo que nos hace
seguir el día a día.
LP: ¿Cuál es la receta de éxito de ronda de aguantar tanto tiempo?
JC:
Yo creo que la motivación de la gente que trabaja en la cooperativa no es hacer
dinero solamente. Evidentemente nos queremos ganar la vida y de la mejor manera
posible, pero estamos en el Colectivo Ronda porque queremos hacerle un servicio
a la gente. Creemos en unos ideales y queremos cambiar la sociedad y sabemos que
para hacerlo debemos estar dentro de un proyecto y el proyecto es la cooperativa
y el asesoramiento a las personas. Lo que hacemos cada día. Nos gusta el
trabajo.
LP: La vocación en esos proyectos tiene que ser importante, eso sin duda. Desde
el punto de vista más de empresa, ¿cuáles son las ventajas que esa estructura
aporta a vuestros clientes?
JC:
Yo creo que la estructura no afecta a los clientes. Nosotros hacemos el trabajo
tan bien como lo haríamos en cualquier otra estructura, nosotros hacemos un
asesoramiento muy profesional, basado en el conocimiento, en la entrega, en las
horas de trabajo. Pero si es cierto que a la gente le atrae un proyecto
cooperativista como el nuestro y si tiene que buscar un abogado hay un cierto
sector de la población al que le gusta que sus abogados sean una cooperativa. En
definitiva, el dinero no va directamente al abogado, sino que va a un proyecto y
a partir de ahí se distribuye en los salarios a los socios y trabajadores de la
cooperativa. Pero en el día a día del trabajo que realizamos entiendo que no
interviene el hecho de que sea cooperativa.
LP: ¿Qué tipo de clientes son los que se dirigen hacia vuestro despacho?
JC:
De entrada nosotros solo llevamos trabajadores, no llevamos empresas, ni
distintas estructuras que no sean o empresas cooperativista o de economía
social. Esto es nuestro gran límite. Evidentemente los trabajadores no solamente
tienen problemas laborales, pueden tener problemas civiles, pueden tener
problemas penales, pueden tener problemas administrativos, pero solo asesoramos
al pueblo, a la gente.
LP: Dentro del sector y de los despachos tenemos ahora un gran cambio de modelos
de cómo se cobra a los defendidos y a los clientes, porque hay mucho modelos, el
de iguala, el de facturación por hora, el de facturación por éxito. ¿Cómo los
tenéis ahora vosotros establecido?
JC:
Bueno cada departamento del colectivo Ronda tiene una manera de trabajar con el
cliente porque somos auto gestores, auto gestionamos nuestro trabajo y decidimos
un poco la manera en que cobramos a nuestros clientes. No es lo mismo asesorar a
un trabajador, a una persona que está en situación de subsidio, de baja médica,
o un trabajador que tiene un problema con la vivienda. El trabajo a realizar no
es el mismo, los tiempos de latencia de resultados son muy diferentes y las
posibilidades económicas de las personas o trabajadores también son diferentes y
evidentemente siempre vamos en función de las necesidades de la gente, quien
pueda pagar más paga más y quien pueda pagar menos, pues paga menos. Incluso
tenemos un sistema organizativo para valorar cada caso, que es lo que cada uno
puede aportar o no puede aportar en el resultado del caso. Es complejo, es un
sistema muy complejo y muy flexible, siempre en medida de quien pide los
servicios.
LP: La última pregunta porque sabemos que las estructuras de los despachos es
muy complicada y son normalmente muy lentos en sus tomas de decisiones ¿Cómo
funciona el sistema de toma de decisión en una cooperativa?
JC:
Las decisiones como cooperativa se toman en asamblea y es puramente democrático.
Cada socio es un voto y aparte tenemos la peculiaridad de que todos los
trabajadores al cabo de tres años tienen que ser socios, es decir nosotros no
queremos tener trabajadores en la cooperativa. Tenemos trabajadores porque
necesitamos un tiempo para conocernos, pero si a los tres años la persona no
quiere entrar en la cooperativa o la cooperativa decide que no entra como socio,
pues rescinde la relación laboral y se busca otra persona. Por lo tanto todos
somos socios o seremos socios en un término, como máximo, de tres años. Las
grandes decisiones se toman en asamblea y después las decisiones del día a día
están separadas por grupos y cada grupo después en su autonomía de gestión
decide las cosas del día a día.
LP: Y para terminar. ¿Cómo esta vuestra estructura aquí en Madrid?
JC:
En Madrid hemos puesto un pie, nos gustaría decir que es un punto de contacto,
porque ya teníamos clientes en Madrid y teníamos que ir quedando en los bares en
los locales que nos dejaban y hemos decidido tener un punto de contacto, estamos
en un sitio en un coworking de cooperativas. Estamos muy a gusto y tenemos un
despachito.
Podcast de la entrevista en Derecho Abierto