El decano del Colegio de Abogados de Granada, Eduardo Torres, también es
vicepresidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados (CADECA), que acaba
de pedir la suspensión del sistema Lexnet por sus fallos y la consecuente
ralentización del trabajo de los letrados andaluces. En la próxima asamblea del
Consejo de la Abogacía, que se celebrará el próximo viernes, se debatirá a
petición del CADECA si el CGAE solicita la suspensión de Lexnet. Eduardo Torres
nos retrata la situación generada por Lexnet en Andalucía y especialmente en la
provincia de Granada.
El Consejo
andaluz de colegios de abogados pide la suspensión de Lexnet. ¿Cuáles han sido
las principales incidencias?
En la reunión de la comisión permanente del Consejo andaluz analizamos hace
pocos días el funcionamiento de Lexnet en las demarcaciones de los colegios. Yo
informé de Granada, que tiene casi mil demandas por repartir, porque entre la
plataforma de Lexnet y el pase al sistema Adriano de la Junta de Andalucía se
pierde mucho tiempo. Eso significa un perjuicio importantísimo para los
justiciables. Desde pleitos de familia con medidas cautelares a embargos
preventivos hay asuntos bloqueados donde el derecho a la defensa no está
garantizado.
En la comisión coincidimos los once decanos en el análisis de la situación y que
el servicio es bueno cuando funciona, aunque creemos que probablemente se ha
puesto a funcionar cuando todavía no se había preparado técnicamente a los
juzgados, ni al sistema para que Lexnet funcione correctamente. Por ello
decidimos que, en beneficio de todos, había que pedir la suspensión del servicio
y eso lo plasmamos en un comunicado.
Hemos leído
muchas noticias acerca del malfuncionamiento de Lexnet. ¿Cómo está la realidad
en los juzgados andaluces?
Yo le puedo hablar de los juzgados de Granada. El juzgado de menores nos ha
mandado una comunicación diciendo que por acuerdo de los dos jueces de menores,
uno de ellos el muy conocido Emilio Calatayud, que no se mande nada por internet
ni por Lexnet, mientras los juzgados no estén tecnológicamente dotados, ni sus
funcionarios suficientemente preparados.
Los juzgados de lo civil sufren especialmente este atranque. En lo social y
contencioso parece que no funciona mal. Hay que decir las cosas como son. Parece
que en estas jurisdicciones se funciona con rapidez y los asuntos van entrando
bien al sistema. Pero en civil es un auténtico caos.
Hace poco celebramos en Granada lo que denominamos comisión Lexnet, presidida
por el presidente de la Audiencia Provincial y donde participan representantes
de los diferentes actores legales, incluso técnicos de la Junta de Andalucía.
También llegamos al acuerdo de pedir la suspensión del sistema. Pero finalmente
se interpretó que pedir la suspensión sería pedir que no se cumpla la ley. Así
que se optó por pedir tres o cuatro funcionarios de apoyo. Si esa dotación de
personal no se realiza, lo que ocurrirá, habrá que pedir la suspensión del
servicio.
Los clientes
entienden que sus asuntos pueden verse afectado por Lexnet. ¿Qué opinan ellos
cuando su abogado les indica estos problemas?
Depende del tipo del cliente, porque si tienes un cliente imputado en unas
diligencias penales y le dices que esto va a tardar, te dice “bendita sea dios”.
Pero cuando se lo comunicas a un empresario que está reclamando una cantidad o
cuando se lo dices a una señora a la que estas llevando un divorcio donde había
una medida de alejamiento y ni siquiera se conoce en el juzgado donde se va a
tramitar, se echan las manos a la cabeza y nos preguntan cómo podemos consentir
esto.
De esta situación se pueden derivar incluso reclamaciones económicas para el
ministerio. Puedo fácilmente imaginarme que alguien nos reclama responsabilidad
civil por éste tipo de fallos.
El viernes hay
pleno del CGAE y como punto del orden del día Lexnet. Ha podido hablar con otros
decanos fuera de Andalucía y cuál es su percepción. ¿Habrá un voto para una
paralización de Lexnet?
Desde el consejo andaluz hemos pedido la inclusión de éste punto en el orden del
día, para convertir la petición de los colegios andaluces en una petición de
todo el consejo general. Así tendremos más fuerza.
Recibo tuits y emails de apoyo a nuestra petición, sobre todo de aquellas
autonomías donde el sistema ha entrado el 1 de Enero “a plomo”.
¿El papel cero
es un sueño o puede ser realidad en la Justicia en España? ¿Qué haría falta para
poder lograr un sistema fácil, estable y aceptable para los abogados?
Para mí el principal punto es la inversión económica. Cuando un técnico del
sistema de Andalucía te comenta que el record de bajarse una demanda al sistema
Adriano esta en 27 minutos y en algunos casos han sido 24 horas, es obvio que
hay un problema tecnológico, un problema de falta de capacidad tecnológica.
Los juzgados tampoco están preparados tecnológicamente. En Granada se han
digitalizado todos los archivos judiciales desde el año 2000 al 2015 a través de
una subvención de la Unión Europea. Pues cuando los funcionarios van al
secretario del juzgado y le comunican que todo estos asuntos están digitalizados
y pueden ir a la papelera, el secretario les manda a hacer fotocopias de ellos,
por si acaso….
Parece quien no cree en el sistema es la misma administración de la justicia.
Tiene convencerse y prepararse para ello. Hay que dotar a los juzgados de dobles
pantallas para compaginar el ordenador con un lector de documentos, etc. En
definitiva, hay que tener más preparado el sistema.
La idea de Lexnet me parece buenísima, pero debería haber sido más
experimentada. Debería haber tenido una fase de prácticas y de uso voluntario
para ver cómo funcionaba y para adaptarse.
Los abogados estamos preparados. En los colegios hemos hecho los deberes. Hemos
dotado con la firma electrónica a nuestros compañeros, hemos dado charlas y
cursos de formación.
De cualquier manera falta inversión económica y tecnológica, preparación de los
funcionarios y mentalidad que Lexnet es un sistema que puede funcionar. Yo si
estoy convencido que va a funcionar. Y cuando funcione va a ser muy cómodo, más
operativo y nos puede ahorrar mucho papel y mucho dinero. El arroz todavía no
está bien hecho, le falta reposo.