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03 de DICIEMBRE de 2015

José M. Balañá, Socio de Hogan Lovells, Director del área Mercantil de la oficina de Madrid:
“Los abogados de M&A debemos ser capaces de ver la posición de la otra parte en la negociación”

LAWYERPRESS / @LuisjaSanchez

Descargar Estudio: Los contratos de M&A en España

En esta salida de la crisis, el movimiento de M&A, conocido como operaciones, parece que empieza a resurgir, según los datos del estudio que han elaborado el IE Business School en colaboración con Hogan Lovells. Ambas entidades han podido contactar con 43 grandes empresas y fondos de private equity para analizar cuál es el contenido de estos contratos que se mueven en cualquier negociación: “Este es un estudio diferente a cualquier otro”, apunta José María Balañá, responsable del área mercantil del despacho internacional en Madrid “ aquí hemos captado la información de las propias empresas que se ven inmersas en dichas negociaciones. Ha sido un trabajo laborioso, donde las empresas piensan que la información que les pides es secreta, mientras que los fondos no se plantean tantos problemas”, comenta. Para este consumado experto, resulta evidente que este tipo de operaciones han cambiado mucho en los últimos veinte años “si antes era una práctica casi mística, hoy es un producto más dentro del portfolio de los despachos de abogados, no obstante el estudio deja claro que las operaciones de empresas y en las que participan dichos fondos de private equity hay diferencias notables; el fondo entra para salir y estar un periodo de tiempo hace que las cosas se hagan diferente desde el primer día, por su parte, la empresa busca la integración de esa compra y el máximo rendimiento”, subraya nuestro interlocutor. A su juicio, pese a que salimos de la crisis será complicado volver a los niveles del 2007 de operaciones: “En valor sí llegaremos a los importes de aquella época pero en número de operaciones, no. Hay enormes operaciones que se están gestando en el ámbito farmacéutico, alimentario, entre otros, a nivel mundial”, aclara.

Desde su punto de vista, ¿dónde está la clave para que una operación financiera se cierre de forma conveniente, sin sobresaltos?

Sobre todo que exista un alineamiento entre las partes entre el precio y lo que el vendedor va a cobrar seguro, si eso está claro, el elemento fundamental es la confianza.  Se trata de tener claro que va a ser un comprador solvente que incluso si el vendedor se queda en la compañía lo va a tratar bien. Al mismo tiempo, el comprador debe tener claro que el vendedor no le esconde nada y va a tener disponible toda la información.

Parte de nuestro trabajo, a veces, como asesores que somos de una de las partes es de identificar a la otra parte y saber qué estamos comprando y con quién vamos a mantener dicha relación profesional.  Se trata de minimizar riesgos, en definitiva. Al final el cliente tiene que saber cuál es la posición financiera de la otra parte y saber si son lo suficientemente serios para llevar la operación adelante.

Si le parece vamos hablando de alguna de las conclusiones del estudio, el 80 por cien de las operaciones se paga al cierre. ¿Es algo normal, en estos momentos?

Es una de las corrientes del mercado y algo habitual frente a los ajustes y precios variables que no gusta.

Sobre el ajuste de precio, el mecanismo más sencillo para ajustarlo es mediante la deuda neta en España o el ebitda, mientras que en países como EEUU y otros europeos, todas las operaciones se hacen con ajuste de precio de capital circulante.

“Hoy por hoy, creo que es mejor ser vendedor que comprador en una operación. Ahora hay dinero para invertir, es cierto lo que dicen algunos periódicos. La recuperación mundial es un hecho y a nivel europeo, también.”

Se habla de Locked-box y de earn out en este tipo de operaciones, también.

Dos prácticas diferentes, la primera quiere evitar el ajuste a fecha de cierre de la operación, se trata de identificar de quién es el riesgo si el contrato está suscrito y las condiciones se cumplen para rubricarlo.  Este es un sistema que funciona bien cuando tienes información clara de cómo funciona la tesorería de la sociedad, como es en los negocios de autopistas que se puede planificar y prever sin problemas.

En el sistema tradicional, se decía que el riesgo de la operación, antes de que se cierre la misma y sea rubricada por el notario, ese riesgo  lo lleva el vendedor.  Sin embargo, la tendencia moderna, que cada vez se va más se utiliza es que desde el día que se firma todo lo que pase es de la cuenta del comprador.

Por su parte, el earn out consiste en vincular una parte del precio a los resultados futuras de la sociedad comprada. En definitiva, funciona como una especie de zanahoria para el vendedor.

De todas las cláusulas que aparecen en los contratos, ¿cuáles son las más necesarias?

Las operaciones de M&A son como las personas y tienen dos rasgos que las definen, la importancia y la urgencia. Muchas veces lo urgente pasa por lo importante y en las operaciones pasa igual, hay asuntos secundarios que pueden dar al traste con una operación.

En este tipo de negociaciones, aspectos, personales e incluso emocionales hay que tener en cuenta. El papel que tenemos los abogados es llevarlo al terreno de lo razonable y evitar que las negociaciones se encrespen. Sobre todo tener la capacidad de ver la posición de la otra parte en la negociación.

Y sobre las cláusulas, ¿qué me aconseja?

Hay cláusulas que son de libro. Otras como las cláusulas de MAC , Cambio Material Adverso, da mucho miedo en España frente a la actitud en EEUU que son más flexibles con ella. Las definiciones que se han hecho de ella son prolijas y poco claras.

Nosotros aconsejamos no enzarzarse demasiado a nivel contractual. Pueden pasar situaciones inesperadas que solventas como puedes. Recuerdo haber firmado alguna operación tras la caída de las Torres Gemelas, aquel 11 M.

Frente a ello, cláusulas de no competencia, protección de salida o derechos de arrastres son convenientes. Hoy en día no se hace ninguna operación sin límite de responsabilidad, el vendedor, lo contrario que hace veinte años, no responde del cien por cien de ese precio.

Hay muchos más controles y auditorias que en épocas anteriores.  Se suele admitir entre un 10 o un 50 por cien en límite de responsabilidad. Y la propia franquicia ha evolucionado ahora de forma notable y es más visible. 

También el cumplimiento de la protección de datos es compleja, que se acrecienta ésta cuando se transmiten datos internacionales. Tienes que ser un experto en la materia. Es complicado cumplir con toda la normativa aplicable a la hora de suscribir una operación.

¿Se observa que han cambiado algunas costumbres, verdad?

Es cierto, así está siendo en los últimos años. Ahora el mundo va a otra velocidad. El plazo de reclamación ha pasado de tres años a doce y dieciocho meses casi todos los contratos.

El informe lo hemos realizado en los años 2013 y 2014, donde se observa que salimos de la crisis y hay cierto incipiente resurgimiento de las operaciones. Seguro que dentro de dos años habrán evolucionado otros elementos.

Habrá más financiación, los ajustes de deuda neta pasarán a ser de circulante, como ocurre en los EEUU y los periodos de reclamación serán más cortos. En periodos de bonanza, la burocracia se reduce bastante y no hay trabas extraordinarias.

“Los abogados que trabajamos en M&A, la verdad es que no nos aburrimos. De cada operación aprendemos mucho. Desde que firmas la carta de intenciones tienes que dedicarle mucho tiempo a conocer a tu cliente.”

¿Recuerda José María Balañá alguna operación compleja por encima de lo normal?

Hay operaciones complejas, sobre todo las que se hacen a tres bandas. En esta había una compañía cotizada española que tenía infraestructuras en Brasil y decidió incorporar a otro grupo español de infraestructuras.

Esa incorporación necesitaba de una OPA en ese país, donde participaba un vehículo inversor, donde además de la citada empresa había un grupo canadiense. La operación, por su calado, tuvo muchas complicaciones.

A los que ya venimos trabajando en los últimos años en M&A, la verdad es que no nos aburrimos. De cada operación aprendemos mucho.  Es cierto que todo empieza muy frío cuando arranca, la propia carta de intenciones y desde ahí tienes que construir esa confianza y credibilidad entre las partes. Luego tienes que dedicar mucho tiempo a conocer a tu cliente.

¿Cambia mucho ser comprador que vendedor en una operación de este tipo?

Muchísimo, son dos posiciones diferentes. Hoy por hoy, creo que es mejor ser vendedor. Ahora hay dinero para invertir, es cierto lo que dicen algunos periódicos. La recuperación mundial es un hecho y a nivel europeo, también.

Si EEUU va bien, los influjos de capital funcionan, fondos y empresas americanas van muy bien. Ahora hay dinero y hay que utilizarlo porque todos sabemos que cautivo en el banco renta muy poco. Al mismo tiempo, han aparecido inversores malayos, chinos o mejicanos que tienen otra forma de ver el negocio.

¿Son muy diferentes a nosotros, estos nuevos inversores?

La verdad que sí.  Se fían de lo que les digan sus asesores que vienen de otro entorno diferente. La dificultad está en entender lo que quieren. Si hablas con un inversor español en un determinado tiempo te haces una composición de lugar. Le puedes encuadrar muy bien a nivel de qué es lo que quiere.

Esta situación con estos inversores de otros países es más complicada. Por este motivo tienes que dedicar mucho tiempo a entender a tu cliente y saber qué está buscando. Y nunca le acabas de entender del todo.  Los propios inversores chinos, con los que trabajamos, es otro mundo. Al lado de un inversor alemán, no tiene nada que ver.

Conociendo el marco normativo español, ¿echa de menos algún cambio legislativo para incentivar este tipo de operaciones?

En nuestro país hay un exceso de regulación importante. Lo que hay que hacer es que lo que esté regulado se cumpla. Y, lo más importante, dar a las empresas españolas o aquellas que quieran invertir en nuestro país, previsibilidad sobre lo que puede pasar.

Se trata, sobre todo, de conocer los tiempos de respuesta a nivel de administración y de la propia administración de Justicia. Es fundamental mejorarlo a marchas forzadas. Todavía querer montar un fondo de inversión en nuestro país tiene muchas trabas frente a otros países como Luxemburgo.

Hubiera sido muy útil el Código Mercantil que se ha parado en esta legislatura. Tan útil como dotar a los tribunales de medios de verdad. Es lamentable que la capacidad de reacción de los jueces de lo mercantil sea inferior a la nuestra, abogados de esta práctica.

Nosotros hacemos lo que podemos ante la situación de los juzgados.  Tampoco es sencillo encontrar interlocutores en nuestra Administración que hablen inglés.

Sobre el conflicto, ¿arbitraje en lugar de ir a pleito parece la alternativa?

Es posible que así sea. No obstante si eres vendedor prefieres que en tu contrato aparezca la via judicial. A nivel arbitral, en España da la sensación que no es sencillo encontrar árbitros imparciales que no tengan conflictos de intereses. Es cierto que hay cortes españolas que están trabajando bien en este aspecto pero cuesta, en definitiva.

Al final, si una de las dos empresas no es española, pueden incluso llevarte el arbitraje fuera de nuestro país y tampoco aceptar nuestros tribunales. Así surgen Miami, Singapur o París como sedes de ese arbitraje institucional.

 

 

 
 
 

 

 

 
 
 
 
 
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