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09 de JUNIO de 2015

Entrega de Diplomas a la XI Promoción del Curso de Arbitraje y Mediación de la Rey Juan Carlos patrocinado por CIMA

LuisjaSánchez / CIMAnoticias

Juan Serrada, presidente de la entidad arbitral, destaca  en este evento el compromiso de la institución sobre la formación y de cara a tener sus profesionales lo mejor formados posibles

Una treintena de jóvenes juristas recibieron ayer en un acto organizado por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el diploma del XI Curso de Arbitraje y Mediación, patrocinado por la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje, CIMA, en esta oportunidad y dirigido por José Fernando Merino Merchán, profesor de la URJC y titular de la Cátedra de Arbitraje de esta Universidad, la única que hay en España y por Antonio Hierro, Arbitro Internacional, Titular de la Cátedra de Arbitraje de la URJC y presidente de honor del CEA y miembro de diferentes Cortes Arbitrales. El acto estuvo presidido por el decano de esta entidad académica Fernando Bilbao que  y contó con la presencia, junto a los organizadores del curso de Juan Serrada, presidente de CIMA y Gonzalo Aguilera, decano del Colegio de Registradores. Todos ellos señalaron el buen estado del arbitraje en nuestro país y el futuro que se abre a estos diplomados tras haber superaron este curso de 115 horas de duración.

Fue el propio decano de la URJC, Fernando Bilbao, quien destacó la colaboración de CIMA en esta oportunidad como patrocinador de este curso así como del propio Colegio de Registradores colaborador de diferentes ediciones. “Los jóvenes juristas ya no quieren ser solo jueces o fiscales sino que muchos ellos quieren conocer otras jurisdicciones como la arbitral que sirve para resolver conflictos de otra manera y más ágil”, destacó. Supimos por sus palabras que la propia Universidad Rey Juan Carlos fue una de las entidades firmantes aquel 19 de marzo en Buenos Aires, junto con otras entidades empresariales y jurídicas, del Convenio que sirvió para constituir CIAR, Corte de Arbitraje Iberoamericana que tiene sede en el propio ICAM desde hace varios meses.

Juan Serrada: “Cualquier Corte arbitral tiene una gran responsabilidad a la hora de administrar arbitrajes. Por eso en CIMA contamos con los mejores profesionales”

En su exposición Juan Serrada, presidente de CIMA,  habló de la evolución del conflicto en nuestra sociedad. “Es algo inherente a nuestros primeros antepasados que con el Estado moderno se mantuvo en dos conceptos: el monopolio de la justicia y el juez natural”. Luego comentaría que a finales del siglo XIX frente a este corriente oficialista surge otra que impulsa el arbitraje como fenómeno. “Ahora los conceptos antes señalados se sustituyen por la autonomía de la voluntad de las partes que ayudan a configurar el proceso y la elección del árbitro, así como con el compromiso que suscriben las partes de comprometerse a lo que dilucide el propio árbitro”, resaltó. AL mismo tiempo recordó que la multiplicidad de partes, que siempre genera multiciplicidad de contratos,  en el arbitraje lo hace aún más complejo aún para cualquier jurista.

El presidente de CIMA dibujó lo que ha sido la trayectoria de esta entidad arbitral, una de las más veteranas del sector, que recientemente cumplió veinticinco años en un sector tan complejo como es el del arbitraje. “Cualquier Corte Arbitral tiene una gran responsabilidad a la hora de administrar arbitrajes. En nuestro caso tenemos a los mejores profesionales, siempre preparados y bien formados, para resolver los asuntos que lleguen.” Respecto a la colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos comentó que “es nuestra obligación apoyar este tipo de proyectos porque tenemos que procurar que los jóvenes juristas ya salgan lo mejor formados para que luego puedan realizar su cometido de manera correcta”. Recordó que éste es un proyecto de investigación docente a largo plazo del que esperan lo mejor. De hecho en próximas ediciones cabe la posibilidad que profesionales de CIMA se formen a través de este programa especializado en arbitraje y mediación.

Este curso de ciento quince horas de duración, que ha sido patrocinado por CIMA en su decimoprimera edición  se estructura en tres partes, una primera de planteamiento general que explica lo que es el arbitraje. Otra segunda analiza la tramitación del arbitraje y sus garantías como procedimiento y otra tercera que son los arbitrajes especiales: arbitraje inmobiliario, financiero, societario incluso de construcción. “Con este curso lo que buscamos es que el futuro profesional del arbitraje pueda decantarse por una u otra materia específica. En el caso de una entidad arbitral como CIMA sirve para formar a los profesionales más jóvenes como aquellos que quieren actualizar sus conocimientos”, aclara Serrada.

Un curso muy pegado a la realidad

Por su parte, José Fernando Merino Merchán inició su intervención señalando la gran aportación en esta edición de Antonio Hierro, co-director del curso y uno de los profesionales del arbitraje más reconocido en nuestro país. “Gracias a su ayuda y colaboración hemos podido ver ciertos temas desde diferente perspectiva”, indicó. Al mismo tiempo destacó la colaboración como patrocinador de CIMA, una de las entidades arbitrales de mayor prestigio en el país. También resaltó que ya hay cerca de doscientos jóvenes profesionales que se han formado en esta Universidad “lo que indica que estamos configurando una comunidad de futuros profesionales del arbitraje de habla hispana importante”, recordó. Para este experto en arbitraje es el momento de que las Cortes Arbitrales impulsen la profesionalización del arbitraje. “Es fundamental que el árbitro conozca el fondo del asunto y evite riesgos innecesarios sino es experto en la materia. No debemos los árbitros coger un caso por cogerlo sin saber realmente que podemos dar todo de sí”, remarcó.

Merino Merchán, que aquí aparece con el presidente de CIMA, a su derecha  no rehuyó de la actualidad y en su turno de palabra habló del papel del árbitro como equijuez en muchas disputas. “Me preocupa que ahora los jueces hablen del orden público económico como elemento de anulación del laudo. Es evidente que el árbitro no puede hacer lo que quiera pero esa revisión que se deja en manos del juez va sobre el fondo del asunto y eso puede generar inseguridad jurídica en el arbitraje. Hay que darse cuenta que este tipo de actuaciones no pasa en ningún lugar del mundo”. Desde su punto de vista cualquier fallo en el laudo condena tanto al árbitro como a la Corte Arbitral a la que presta servicios ese profesional “y, en la medida de lo posible, en muchas ocasiones es evitable”. A su juicio el arbitraje no es una parte del derecho civil sino que puede tener su personalidad y conceptos propios. “El reto que tenemos los que creemos en el arbitraje es que puede convertirse en una disciplina autónoma”, recordó.

Antes de la entrega de diplomas cerró el acto Gonzalo Aguilera, decano del Colegio de Registradores,  quien explicó la evolución del arbitraje en nuestro país y como el propio Tribunal Constitucional en varias de sus sentencias le da el equivalente a la tutela judicial efectiva tradicional. Recordó que éste es un procedimiento ágil, de coste razonable y que ahorra mucho tiempo a las empresas frente a la vía judicial cara y lenta. Recordó que encontramos vestigios del arbitraje en las Partidas de Alfonso X El Sabio pero que incluso en la Constitución de 1812 ya había varios artículos que hablaban del mismo.  Sobre el desarrollo legislativo del arbitraje recordó que la ley del 2003 frente a las anteriores de 1988 y 1953 era muy innovadora y había ayudado a regular la actividad arbitral.

Alumnos que buscan su hueco en el arbitraje

Después de la entrega de los diplomas pudimos conversar con varios alumnos. Muchos de ellos son doctorados que al final de curso han destacado en disciplinas que son limítrofes con el arbitraje. Otros son profesionales del arbitraje que vienen a refrescar conocimientos ante una práctica que está en continua evolución. Conversamos con Gonzalo Romero, abogado y con Brigitte Evelyn Rivera. Para nuestra interlocutora había curiosidad por conocer el arbitraje y ver posibilidades de dedicarse en un futuro a esta práctica. “La experiencia ha sido positiva tanto por los ponentes que han participado como por el trato con nuestros compañeros”. Cuando preguntamos a esta joven cuál es futuro advierte que aún no lo tiene claro sobre qué papel quiere desempeñar en el mundo del arbitraje. “Ha sido muy interesante conocer los diferentes ámbitos del arbitraje, como el societario o inmobiliario”.

Por su parte, el joven letrado Gonzalo reconoce estar especializado en derecho procesal-civil y en su despacho  la socia directora de la firma había intervenido en algunas ocasiones” Creo que es un mundo apasionante. En cuanto vi la oportunidad de apuntarme a este curso lo hice directamente. “Ahora su futuro en esta práctica parece que se va a decantar, en principio, por ser abogado de parte “y con el tiempo cuando adquiera la experiencia necesaria podré ser designado como árbitro”, resaltó. Reconoce que en este curso ha disfrutado mucho con todo lo relacionado con el arbitraje internacional “al final ves que hay una combinación de todos los ordenamientos lo que hace que tu mente se abra bastante a estas tendencias”.

 

 

 

 
 
 

 

 
 
 
 
 
 
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