La práctica del derecho de familia está cambiando tanto por la cada vez más
frecuente dimensión internacional de los asuntos con cónyuges de diferentes
nacionalidades y por la metodología multidisciplinar con la incorporación de
psicólogos y otros profesionales en la atención de los clientes. También la
mediación ha irrumpido en el entorno de los despachos familiares. Hablamos con
Jesús Moreno, abogado con una sólida experiencia internacional, que incluye una
larga estancia en EEUU.
Sr. Moreno-Chocano, el derecho de familia es una importante parte del trabajo de
los abogados. En el segundo trimestre de 2015 se produjeron
25.276 demandas de divorcio registradas por el
CGPJ. En la experiencia de su despacho, ¿cuáles son los perfiles de clientes y
demandas actualmente?
Hay muchos clientes que vienen sencillamente para asesoramiento en cuanto al
régimen económico matrimonial, si les conviene hacer separación de bienes por
ejemplo, porque quizá tienen un negocio y temen vincular toda la economía
familiar a ese negocio, o porque tienen un patrimonio previo al matrimonio y no
saben bien si pasaría a ser todo de su cónyuge, o bien porque simplemente
quieren saber qué les conviene más.
Otros en cambio, se acercan al despacho buscando una salida a su situación de
conflicto conyugal, que no tiene por qué ser la separación o el divorcio, puesto
que estos procedimientos no son la panacea que todo lo soluciona. Por el
contrario, muchos matrimonios han encontrado una salida que nunca jamás se
podían haber imaginado, por ejemplo en relación a los hijos, o en relación al
pago de gastos, y todo ello a través de un proceso de mediación, del que más
tarde podemos hablar.
Últimamente están llegándonos también clientes con parejas de otra nacionalidad,
que quieren iniciar su proceso de divorcio. Eso nos llevo a especializarnos
también en Derecho Internacional de la Persona, donde nos ayuda mucho que el
despacho sea bilingüe.
Moreno-Chocano Abogados tiene un enfoque más a favor del matrimonio en procesos
de crisis de las relaciones.
Si, por supuesto que hay diferentes enfoques puesto que se puede tener una
mentalidad totalmente divorcista, que no es la del despacho, o en cambio ser un
defensor de la figura del matrimonio, como eje vertebrador de la familia,
escuela de valores donde las haya, que impulsa al individuo a ser mejor y a
hacer una sociedad más justa.
La filosofía de nuestro despacho es por tanto garantista de la figura del
matrimonio, ya que podemos ver cómo se ha abusado de la Ley 30/1981 de 7 de
Julio, que introdujo en España la figura del divorcio, acudiendo impulsivamente
a ella, en muchas ocasiones al grito simplemente de “se nos acabó el amor”.
Dicho esto, vemos que en muchas ocasiones no hay más remedio que acudir a un
proceso de disolución matrimonial, en el que nosotros, desde nuestro despacho,
siempre trabajamos en interés de los menores, que son al fin y a la postre, los
que son el bien jurídico más susceptible de ser defendido, puesto que, en
absoluto, han elegido pasar por esa situación.
Obviamente la crisis, ha afectado también a la imposibilidad de que los jóvenes no se animen a independizarse de la vivienda familiar debido a la falta de empleo, a la falta de ayudas que les impulsen a pensar en una vida independiente. |
¿Con este enfoque, como afronta su despacho un proceso de separación?
En primer lugar, desde nuestro despacho siempre intentamos agotar todas las vías
posibles para que las partes lleguen a un acuerdo, en el que incluimos los
aspectos personales y económicos, sin pasar por alto el interés de los más
vulnerables de la casa, que son los niños.
Pues bien, una vez entrevistadas las partes, conjuntamente y por separado,
elaboramos un plan de actuación, que en la mayor parte de las veces, los
cónyuges aceptan, por lo que tenemos un alto porcentaje de procedimientos de
mutuo acuerdo.
Asimismo, si el cliente necesita solicitar de los Tribunales Eclesiásticos su
nulidad matrimonial, desde el Despacho también se le informa y se le insta la
demanda correspondiente de nulidad de su matrimonio, llevándole todo el
procedimiento adelante.
La custodia de los niños, “la parte más vulnerable de la casa” como acaba de
indicar Usted, es un debate constante.
Estamos asistiendo últimamente a una tendencia jurisprudencial y de opinión por
la que se tiende a ver la custodia compartida como la “ideal”, como la que no
ofrece ninguna dificultad a la hora de proteger a los menores, y esto, aunque no
sea del todo real, puesto los menores también sufren el cambio constante de
vivienda y de forma de educar, entendemos que puede ser la menos mala, para que
el menor, pueda seguir teniendo relación con su padre y con su madre,
independientemente de que estos se hayan separado.
Dicho esto, en otras ocasiones no será tan “ideal”, sobre todo en relaciones
altamente conflictivas, en las que no existe una buena relación, aunque sea solo
por educación, entre los cónyuges, dándose un sufrimiento muy grande para los
menores, que tienen que ver situaciones muy desagradables entre sus padres, a la
hora de recogerlos o de llevarlos al domicilio del otro cónyuge.
Por lo tanto, como desde nuestro despacho siempre primamos el interés del menor,
analizamos y estudiamos cada caso concreto, y en algunas ocasiones una custodia
no compartida, ha sido también muy beneficiosa para ambas partes y para los
menores, que siguen teniendo relación con el progenitor no custodio, cuando éste
se sigue ocupando de sus hijos como si viviera todavía en el domicilio familiar.
También hay un debate sobre las denuncias falsas en las separaciones. ¿Es eso
una realidad, según su experiencia?
En situaciones de alta conflictividad puede suceder, pero por la experiencia que
tengo de más de 20 años en la profesión, no ha sido lo habitual.
Cuando en el despacho hemos tenido este tipo de asuntos, siempre hemos apelado a
las partes a que dejen de plantear las denuncias falsas, puesto que quienes
sufren todas las consecuencias de estos asuntos, de nuevo lo decimos, son los
menores, y puedo decir que en la mayoría de los casos ha habido una cesación de
dichas denuncias, puesto que las partes se han dado cuenta de que lo único que
se consigue de esa manera es enmarañar el procedimiento principal, alargándolo
innecesariamente.
La mediación parece que se está abriendo un camino en la resolución de
conflictos, que también ejercen otras profesiones. ¿Hacen competencia a los
abogados?
Competencia como tal, pienso que no, puesto que cada profesional se ocupa de
diferentes aspectos, y creo que pueda haber distintos profesionales que puedan
dar otro enfoque y salida al conflicto.
En cualquier caso, vemos que la visión que puede dar un abogado, con la
experiencia acumulada en tribunales, no la tienen otros profesionales, puesto
que antes de la salida contenciosa del conflicto, también hemos sido mediadores
entre las partes, que desgraciadamente no han podido llegar a una solución
amistosa.
Hay nuevos modelos de despachos de familia que ofrecen un trabajo
multidisciplinar con aportaciones de psicólogos, mediadores, etc.
Creo que dichos despachos, entre los que nos incluimos, somos la solución global
al problema que nos plantea el cliente. Nótese que una vez que el cliente entra
en nuestro despacho, no se tiene que preocupar por visitar por su cuenta ningún
profesional más, dándosele la posibilidad de que desde esa primera visita al
despacho, ya salga con diferentes citas para los distintos profesionales que se
van a necesitar en su caso, por ejemplo psicólogos, notarios, peritos, etc.
Hemos atravesado una larga crisis que sin duda ha afectado mucho a las familias.
¿Cuáles pueden haber sido las mayores consecuencias?
La crisis ha afectado y sigue haciéndolo a todos los sectores, y en el que
Moreno-Chocano Abogados está no ha sido una excepción. Las familias por tanto,
han sufrido mucho no sólo para llegar a fin de mes, con la tasa de paro tan
abrupta que seguimos soportando, sino también por los conflictos familiares que
se generan entre los cónyuges, o entre padres e hijos.
Obviamente la crisis, ha afectado también a la imposibilidad de que los jóvenes
no se animen a independizarse de la vivienda familiar debido a la falta de
empleo, a la falta de ayudas que les impulsen a pensar en una vida
independiente.
En definitiva, lo que se ha notado con la crisis no es en sí una merma de
clientes, sino un aumento de consultas en otras áreas del Derecho, como por
ejemplo en el Laboral, puesto que los despidos, las regulaciones de empleo y
los problemas de los emprendedores han ido en aumento en los últimos años.
Acabamos de celebrar el Día Internacional contra la Violencia de Género. En
opinión de un abogado como usted, ¿qué se puede hacerse para acabar con esta
lacra?
La llamada violencia de género no es más que la consecuencia de que esta
sociedad, en la que estamos todos, no ha sabido educar y reeducar en una serie
de valores que todos señalamos como deseables pero que a la larga se demuestra
que, en muchas ocasiones, brilla por su ausencia.
Realmente, vemos que el gozo inmediato, el aquí y ahora, el yo quiero esto ya, y
si tú no me lo das, atente a las consecuencias, todo esto, es una manifestación
del egoísmo que tenemos todos, no nos damos cuenta de que vivimos para nosotros
mismos, y el yo, siempre quiere hacer su voluntad.
Si cayéramos en la cuenta de que sólo se es feliz cuando se da la vida por el
otro, de que dando se recibe y de que ayudando a los demás se obtiene más
compensaciones que cuando se trabaja sólo para uno mismo, la sociedad realmente
cambiaría y no tendríamos que estar sumando un número más cada poco tiempo a la
estadística de mujeres asesinadas por sus parejas, o a las muertes que se
producen en otras circunstancias por otros agentes.
Por lo tanto, lo que se propone desde Moreno –Chocano Abogados siempre es el
diálogo frente a la confrontación, el dar la mano antes que poner la zancadilla,
el preguntar qué necesitas tú, antes del yo necesito y yo quiero esto.
También hemos visto muchos cambios legislativos en éstos últimos años. ¿Qué le
parece la reforma del Código Penal y la nueva Ley de la Jurisdicción Voluntaria?
Las últimas reformas legislativas eran ya un clamor popular, al menos desde el
colectivo de abogados, puesto que en pleno siglo XXI, todavía estábamos
aplicando leyes decimonónicas que no se adecuaban a la realidad de hoy, o en el
mejor de los casos estábamos asistiendo a reformas parciales que, en realidad,
eran parches legales que no se correspondían con lo que demandaba la sociedad
actual.
Por lo tanto, nos alegramos de estas reformas, aunque también tenemos ciertas
cautelas para ver cómo se van aplicando, por citar un ejemplo vamos a ver cómo
se desarrolla la responsabilidad penal de las empresas, que a priori, parece una
buena solución pero habrá que comprobarlo en el día a día. La nueva gradación de
las penas, superando aquella distinción entre delito y falta, pienso que es un
logro de la última reforma.
En cuanto a la nueva Ley de Jurisdicción Voluntaria, creo que ya hacía tiempo
que se demandaba también, y creo que es positiva. Por citar algún aspecto de
esta ley, creo acertado dar más posibilidades de actuación a otros colaboradores
del Derecho como son los Letrados de la Administración de Justicia, antiguos
Secretarios Judiciales, y a los Notarios, que van a poder realizar divorcios,
por ejemplo, siempre y cuando no haya menores y con algunos requisitos más.
Realmente nos parece muy ventajosa esta ley.
¿Qué cambios legislativos propondría usted cara a la nueva legislatura?
Creo que es un buen momento para contestar a esta pregunta, y realmente lo
primero que se me viene a la mente es proponer una legislación concreta de
Derecho de Familia, tanto sustantiva como procesal, ya que ahora tenemos mucha
legislación dispersa por todo el ordenamiento jurídico y no hay una visión
concreta e integradora de lo que significa hoy en día el Derecho de Familia.
Creo firmemente que el disponer de una legislación de Derecho de Familia,
ayudaría a encontrar una solución adecuada a cada caso, puesto que ahora los
abogados que esencialmente nos dedicamos a esta rama del Derecho, debemos hacer
un esfuerzo integrador que pasa por la responsabilidad de cada abogado, y creo
que el Estado debería hacer un esfuerzo mayor, puesto que estamos hablando de un
área del Derecho que toca, quizá como ninguna otra, la esencia misma de la
persona, en sus relaciones más íntimas y tocando temas tan delicados como los
menores, que siempre están en boca del legislador, pero al que siempre le
tiembla la mano a la hora de legislar y de establecer normas para dichos
menores.