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02 de DICIEMBRE de 2015

Luchar contra la financiación del yihadismo

LAWYERPRESS

Por Francisco L. Bonatti. Socio Director Bonatti Penal

 

Francisco L. Bonatti. Socio Director Bonatti PenalCuando los miembros de INBLAC impartimos conferencias sobre nuestra especialidad, frecuentemente comprobamos que los asistentes centran todo su interés en la Prevención del Blanqueo de Capitales, pero se sorprenden ante nuestra insistencia en hablar también sobre la Financiación del Terrorismo.

Es como si a los empresarios y profesionales les pareciera que todo lo relacionado con el terrorismo tiene que ver con servicios secretos y agencias de inteligencia, y no con las labores que todos y cada uno de nosotros ofertamos en el mercado. Y sin embargo, no es así.

El fenómeno del Terrorismo Internacional Yihadista muestra unos perfiles mutables y una capacidad de adaptación al medio absolutamente desconocida hasta la fecha. Y sirvan para ello algunos ejemplos:

·         El coste total de los atentados en EEUU del 11 de septiembre no superó los 375.000 dólares y los atentados del 11 de marzo de 2004 en Atocha tuvieron un coste no superior a 100.000 euros, los atentados de Bali no llegaron de 37.000 euros y los de Londres menos de 10.000

·         El terrorista Amedy Coubali, que participó en los atentados de París contra la revista Charlie Hebdo, Montrouge y Porte Vicennes financió la adquisición de las armas con un préstamo personal de 6.000 euros solicitado a Cofidis a través de Internet.

·         Los ingresos del Estado Islámico derivados del contrabando de las reservas de petróleo que controla en Siria e Irak se estiman en un mínimo de 2.000 millones de dólares anuales.

·         A finales de los años 90 Al Qaeda se financiaba mediante el contrabando de diamantes de sangre obtenidos por las guerrillas en Sierra Leona, que posteriormente blanqueaba utilizando entramados de sociedades y a través de la City de Londres.

·         En el Shareb, rutas como la Highway 10 ejemplifican la intensa colaboración entre grupos yihadistas y redes de narcotráfico del Sur y Centroamérica en la búsqueda de rutas alternativas y menos controladas por las que introducir droga en Europa y Oriente Medio

·         El “zakat” (la limosna) uno de los cinco preceptos del Islam que todos los creyentes practican de buena fe, es en muchas ocasiones captado por ONG’s de apariencia normal que acaban desviando los recursos a la financiación del yihadismo.

·         En otras ocasiones, estas ONG’s se constituyen para facilitar el movimiento de recursos sin levantar sospechas, como está ocurriendo con las investigaciones que se están llevando a cabo alrededor de Global Relief Foundation

Los ejemplos anteriores, que no dejan de ser una muestra de la compleja realidad a la que nos enfrentamos, tienen su reflejo concreto en nuestras actividades cotidianas: el petróleo puede acabar un día llenando nuestros depósitos, los diamantes estar engarzados en nuestro anillo de compromiso, el microcrédito que estamos tramitando, la sociedades cuya constitución nos encargan, son actos cotidianos que de manera indirecta pueden contribuir a alimentar la barbarie.

La Ley 10/2010 de Prevención del Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo y su Reglamento (RD 304/2014) configuran el marco normativo en que los sujetos obligados (Bancos, entidades financieros, empresas remesadoras de dinero, compañías de seguros, pero también abogados, notarios, registradores, economistas, asesores fiscales, joyeros y anticuarios, entre otros) debemos aplicar las medidas de prevención de este tipo de operativas.

La financiación del terrorismo presenta unas características alejadas del tradicional blanqueo de capitales a las que estamos más acostumbrados, convirtiendo este fenómeno en mucho más difícil de detectar:

·         El origen de los fondos no siempre es ilícito, en ocasiones proviene de actividades legales, de donativos basados en el Zakat o de fuentes externas como préstamos o actividades legales de los integrantes del grupo terrorista.

·         Es frecuente que no exista vinculación alguna entre el emisor de los fondos y el receptor.

·         El movimiento de dinero tiene un contenido marcadamente ideológico, de modo que no tiene porqué seguir los patrones típicos del blanqueo.

·         Las pequeñas sumas adquieren una importancia que no existe en el blanqueo de capitales

·         El movimiento del dinero es lineal, va desde la fuente de financiación hasta el grupo terrorista que lo utilizará para cometer sus atentados o mantenerse larvados a la espera de instrucciones, o en el sentido inverso, pero no mantiene el patrón típico del blanqueo, en que el dinero siempre acaba retornando al entorno del blanqueador.

·         Se combinan métodos más modernos con los sistemas tradicionales como la Havala, que permite disponer de grandes sumas de dinero en cualquier lugar del mundo sin necesidad de desplazarlas ni realizar movimientos financieros que sean detectados por las autoridades

·         La captación de ciudadanos nacionales de los países de destino, bien mediante procesos de radicalización ideológica, bien mediante la colaboración con delincuentes comunes, rompe los esquemas de comprensión del fenómeno que tiene el ciudadano común, acostumbrado erróneamente a relacionar este terrorismo con personas integrantes de ciertas etnias, cuando hoy en día es ya un fenómeno transversal.

Todos estos aspectos hacen que el foco principal de la lucha contra la financiación de este tipo de terrorismo no esté tanto en las operativas como en las relaciones personales de los sujetos, de modo que se hace muy necesaria la correcta aplicación de las medidas previstas en la Ley 10/2010 y su Reglamento, especialmente un correcto análisis de riesgos de nuestra actividad y procedimientos y controles adecuados, siempre a través de una metodología implementada en base a sólidos conocimientos del riesgo a que nos enfrentamos, y nunca a través de Sistemas de Prevención genéricos basados en copiar y pegar.

Debemos ser muy conscientes de nuestra responsabilidad como sujetos obligados, valorando adecuadamente la importancia de nuestra aportación, ya que debido al gran peligro a que nos enfrentamos quizás estas medidas pueden contribuir un día a impedir una matanza.

 

 

 

 
 
 

 

 

 
 
 
 
 
 
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