Nuestra entrevistada es un ejemplo de tesón a nivel profesional. Con ocho años ya tenía claro que quería ser abogada penalista y así lo escribía en sus cuadernos. “En cualquier proyecto profesional tienes que tener un apoyo, en mi caso, el de mi marido fue clave para aceptar ser Ministro de Italia con el Gobierno de Monti”, aclara Paola Severino, una de las primeras abogadas en Italia que se dedicó al derecho penal, más tarde a impartir clases en la Universidad y con posterioridad a la política. “Esas decisiones hay que meditarlas  y en este caso vi que podría desempeñar la labor para la que me buscaron”. Paola, amante de la cultura española, ha estado en Madrid, invitada por la decana Sonia Gumpert, quien ya quiso contar con esta mujer jurista hace un año pero la apretada agenda de esta profesional lo impidió. En esta oportunidad, la ponencia de esta abogada italiana sirvió para poner broche final a esta III Cumbre de Mujeres Juristas. Severino lanzó dos mensajes fundamentales a un auditórium femenino en casi un 98 por cien. “Si nos proponemos hacer las cosas, las hacemos, para eso es fundamental que el legislador quite obstáculos en nuestro desarrollo profesional”. También recordó que aquella mujer que llega a la cima profesional debe ser responsable desde el punto de vista de ayudar a las demás en su desarrollo profesional. “Al final es como si entre todas nosotras pudiéramos hacer una cordada de apoyo, entre unas y otras”. En la foto Severino se dirige a los asistentes ante la atenta mirada de la decana Gumpert.

“Siempre se ha dicho en mi país que la mujer es la mitad del cielo. Esa es una frase bonita pero poco realista. Hombres y mujeres también configuramos el cielo”, es una de los comentarios con los que explica cómo ha evolucionado la cuestión de igualdad en Italia, un país en el que se ha aprobado  la llamada “ ley de las cuotas rosas”, disposición que acabará su vigencia a finales del 2016 y que pretende impulsar la presencia de las mujeres en órganos políticos y Consejos de Administración de empresas punteras “ Estoy convencida que cualquier mujer, si se le quita los obstáculos que impiden su desarrollo, puede llegar a donde quiera. Con esta ley lo que se pretende es alcanzar una cuota de mujeres sobre el cuarenta por ciento”, indica a este periodista.

Otro ejemplo que nos cita, este en la judicatura: “Desde que se formalizó en 1952 la presencia de mujeres en el poder judicial, ahora hay un 58 por cien de compañeras magistradas. Ahora lo que importa es que se impulse con mayor visibilidad su presencia en los órganos más representativos”. Para esta jurista el efecto que produce que una mujer alcance un alto puesto, como fue en su caso es importante “nadie puede dudar que sirve de estímulo para que otras profesionales puedan llegar a esas metas. No es tan complicado, pero insisto es fundamental que no nos pongan barreras para desarrollar nuestra carrera”.

Severino es una mujer solidaria con otras compañeras y su entorno. Y desde su modestia no alcanza a saber cuál ha sido el motivo o motivos que le han catapultado a la primera línea del panorama jurídico de su país. “Para cualquier gran empresa se necesita un poco de suerte. Si haces lo que te gusta y te apasiona ya tienes ganado mucho. En mi caso, ya decía a mis padres con corta edad que sería abogada penalista. Cuando empecé a ejercer en Roma como abogada éramos solo tres compañeras. Luego me fui especializando en el derecho penal económico y más tarde entré en la Universidad”, subraya.

De la Universidad, donde ha vuelto, tras su paso por el Ministerio, solo guarda buenos recuerdos y reconoce que es otro elemento que le permite estar muy en contacto con la actualidad. “Ser formador implica estudiar de forma continua y estar al tanto de todas las novedades legislativas que sucedan, a corto y medio plazo. Tener en frente a jóvenes de veinte años te ayuda a reinventarte. No te puedes dormir y tienes que estar a su nivel. Por suerte la gente joven que va a la universidad es exigente y trabajadora”, aclara. Así llegó nuestra interlocutora la primera Catedrática en Derecho Penal de este país hermano.

Apoyo familiar, clave

Desde su punto de vista, otro de los elementos que le ha ayudado a realizarse profesionalmente tiene que ver con su entorno familiar. “Creo que mi marido siempre entendió mi profesión y me apoyo en todo momento. Es posible que si hubiera sido de otra manera no nos hubiéramos conocido”, aclara. Los viajes desde a Roma a Peruggia para dar clase en la Universidad y, sobre todo, en aquel día cuando el propio Primer Ministro Mario Monti la llamó para pedirle que fuera Ministro de Justicia, lo recuerda como si fuera hoy :”Le pedí a Monti 24 horas para la consulta familiar. Se trataba de dejar el despacho y la Universidad, todo lo que había hecho hasta ahora. Al final, mi propio marido me dijo que tomara la decisión yo misma”, comenta.

Este tipo de situaciones revelan lo importante que es tener al lado una pareja que le trate a la otra persona de igual e igual “eso es fundamental, contar con alguien a tu lado que te apoye, con quien puedas compartir éxitos y responsabilidades desde el respeto mutuo”, advierte Severino. Llegar al Ministerio y nuestra entrevistada configuro su equipo de profesionales en el hubo más mujeres que hombres. “El talento debe estar por encima del género. Yo ya conocía a estas personas y las invité a formar parte de mi equipo. De esta forma, con este tipo de iniciativas se está más cerca de la igualdad, sin lugar a dudas”, indica.

Paola Severino reconoce que ha sido una privilegiada a nivel profesional. “Hay muchas compañeras tan valiosas o mejor que yo que se han quedado atrás. No han podido ser formadas en la Universidad ni poner en marcha su despacho de abogados, como tuve la fortuna de hacerlo”. Para esta jurista influyen muchos factores que coinciden en el tiempo. “Tienes que tener carácter para sobreponerte a los imponderables y asimilar esa capacidad de riesgo que tienen los hombres, sin dejar de ser mujeres”. También reitera la necesidad de contar con ese apoyo familiar o pareja para seguir en la brecha y tomar determinadas decisiones importantes en la carrera profesional de cada mujer.

“Es muy importante que la legislación de cualquier país sirva de apoyo al trabajo que la mujer quiere realizar, de tal forma que de manera progresiva vaya creando un entorno cultural diferente, donde muchas mujeres puedan desarrollar su carrera profesional”. EL debate sobre lenguaje sexista que se abordó en esta III Cumbre de Mujeres Juristas, ella cuenta que en su país se ha solucionado con el articulo femenino la  ante palabras como magistrado o abogado. “Cuando fui elegida Vicepresidenta del Consejo Militar Judicial tuve que cambiar el Reglamento para que hombres y mujeres pudieran utilizar el coche oficial. No tengo duda que el lenguaje puede ayudar a la igualdad entre hombres y mujeres”.

Respecto al problema de la violencia de género, Severino señaló, “esta es una cuestión que preocupa en todos los países de Europa. Lo peor son aquellas mujeres que no denuncian. Que están en la oscuridad y de las que no se sabe nada de ellas. Así poco se puede hacer por su futuro”, advierte. También señala que no siempre los medios de comunicación ayudan a combatir el problema “algunas estadísticas que manejan en mi país no son rigurosas y llegan a decir que el 75 por cien de las mujeres de mi país son maltratadas, dato que se aleja de la realidad normal”, denuncia. Nuestra interlocutora muestra su preocupación por la situación de las mujeres más jóvenes más permisivas ante ciertos comportamientos violentos. “Desde ahí, con educación y prevención hay que atajar este problema.  No podemos permitir que muchos jóvenes se conviertan en maltratadores a esas edades”, comenta.

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