Después
de
cincuenta
años
de
contínua
formación
a
futuros
abogados
la
Escuela
de
Práctica
Jurídica
del
ICAB
se
renueva.
El
próximo
mes
de
septiembre
afronta
diferentes
cambios
de
importancia.
“Modificamos
el
formato
de
un
curso
completo,
donde
se
elegían
solo
dos
especialidades
y se
hacían
pruebas
para
formar
parte
del
Turno
de
Oficio
quien
así
lo
quisiera.
Ahora
la
renovación
supone
que
esté
más
próxima
a
los
abogados.
Queremos
realmente
transmitir
el
oficio
de
abogado”,
explica
Esther
Palmés,
diputada
de
la
Junta
de
Gobierno
y
una
de
sus
impulsoras.
Con
este
cambio
se
produce
una
renovación
importante
del
programa
formativo:
“Pasamos
de
dos
especialidades
a
seis,
integrando
familia
y
mercantil,
jurisdicciones
que
han
crecido
mucho
en
estos
años”
explica.
Se
trata
de
adaptarse
a
los
nuevos
tiempos
con
una
parte
común
“donde
no
solo
pensamos
en
la
litigación
pura
sino
también
queremos
que
los
abogados
conozcan
sus
competencias
y
habilidades
en
su
puesto
de
trabajo.
Ahora
queremos
que
el
alumno
sepa
cómo
gestionar
su
despacho;
cómo
debe
tratar
al
cliente
o
cómo
afrontar
sus
relaciones
con
la
administración
de
justicia.
También
les
ayudamos
a
que
sepan
elaborar
documentos
y
mejoren
su
oratoria”,
añade
Planes.
Y es
que
el
abogado
de
este
siglo
XXI
es
algo
más
que
un
buen
técnico
en
derecho
que,
llegado
el
momento
se
especializa
en
una
jurisdicción
determinada.”.
Para
Planes
hay
que
dejar
muy
claro
que
la
Escuela
de
Práctica
Jurídica
no
sustituye
al
Máster
de
Acceso.
“Ahora
tienen
menos
años
de
formación
pero
tienen
las
carencias
de
siempre”,
subraya.
Abogada
Palmés,
llama
mucho
la
atención
el
cambio
que
va a
experimentar
esta
Escuela
de
Práctica
Jurídica
en
su
cincuenta
aniversario.
Nadie
duda
del
trabajo
que
ha
desempeñado
en
la
sociedad
barcelonesa.
Pero
ahora
vamos
a
dar
un
paso
adelante
para
poder
formar
con
garantías
al
futuro
abogado.
Ampliamos
el
número
de
especialidades
de
dos
a
seis
y
abrimos
el
campo
a
materias
como
la
gestión
del
despacho,
oratoria
o el
uso
de
las
tecnologías.
¿Cómo
se
articula
la
actividad
de
esta
Escuela
de
Práctica
Jurídica
realmente?
Nuestra
entidad
está
pensada
para
el
abogado
que
empieza
en
esta
profesión.
Una
profesión
tan
dura
como
vocacional
como
puede
verse.
Este
abogado
joven
lo
tiene
más
sencillo
de
adaptarse
a
estos
cambios
formativos.
Muchos
han
hecho
el
Máster
de
Acceso
pero
saben
que
no
es
suficiente
para
conocer
bien
la
profesión
y
complementan
la
formación
con
nosotros.
En
ese
año
que
está
con
nosotros
queremos
que
aprende
realmente
la
profesión.
Respecto
al
letrado
que
ya
lleva
tiempo
en
la
profesión
puede
a
través
de
alguno
de
nuestros
Másters
formarse
en
determinada
materia.
“La crisis ha impactado en los abogados bastante. La Fundación Degá Ignasi de Gispert que depende del ICAB intenta ayudar a estos compañeros con problemas” |
De
todo
lo
nuevo
que
se
les
enseña,
¿qué
cree
que
será
lo
más
complicado
a la
hora
de
entender
por
estos
jóvenes
juristas?
Es
posible
que
la
parte
común,
ahora
modificada,
sea
algo
muy
novedoso.
Ahí
hablamos
de
atención
al
cliente,
empatía,
su
relación
con
la
administración;
la
propia
gestión
del
despacho
y el
uso
para
optimizar
su
tiempo
y
eficacia
de
las
herramientas
informáticas,
todo
eso
es
una
parte
muy
necesaria
para
cualquier
abogado.
Respecto
a
qué
es
lo
que
les
va a
costar,
la
verdad
es
que
al
ser
la
formación
un
proceso
personal
todo
depende
de
sus
objetivos
y
aptitudes.
Pero
creo
que
saldrán
contentos
porque
van
a
aprender
muchas
actividades
nuevas.
Y
las
nuevas
disciplinas
como
el
arbitraje
y la
mediación.
¿También
van
a
verlas?
En
efecto.
Hemos
hecho
un
esfuerzo
importante
para
que
así
salgan
mejor
preparados.
Pero
en
esta
ocasión
por
especialidad.
En
mi
caso,
como
penalista
que
soy
les
podré
enseñar
lo
que
es
la
mediación
penal
que
poco
a
poco
se
va
abriendo
paso.
De
hecho
en
el
nuevo
Código
Penal
se
habla
de
su
práctica
en
cuanto
a
ejecuciones
de
condena.
Con
tantos
abogados
que
tenemos.
Madrid
y
Barcelona
tienen
más
abogados
que
Francia
y
Alemania
juntos.
¿Hay
salida
para
todos
ellos,
realmente?
Todo
depende
de
lo
formados
que
estén.
Hay
mucha
competencia
y se
tiene
que
ser
competitivo
entre
tanto
letrado.
En
la
propia
Escuela
de
Práctica
Jurídica
tienen
la
suerte
de
que
les
forman
aquellos
que
conocen
bien
todas
esta
materias.
Todos
son
abogados
en
ejercicio
y
eso
es
una
gran
ventaja.
Quien
te
va a
enseñar
mejor
a
ser
abogado
es
un
abogado
Primero
formarse,
entonces
y
luego
¿especializarse
en
alguna
jurisdicción
concreta?
En
las
grandes
ciudades
esa
es
la
hoja
de
ruta.
Después
hay
localidades
donde
la
especialización
no
tenga
otro
sentido.
Por
eso
planteamos
que
en
nuestra
Escuela
no
se
escoja
solo
una
rama
sino
al
menos
dos.
No
siempre
cuando
uno
acaba
de
este
programa
formativo
tiene
claro
hacia
donde
quiere
dirigir
sus
pasos
profesionales.
En
el
momento
que
ya
lleven
años
en
ejercicio
quizás
puedan
hacer
otra
formación
más
intensa
de
la
inicial.
La
preparación
del
abogado
es
continuada.
En
este
escenario
¿cuál
es
el
papel
real
de
las
tecnologías
para
un
abogado?
Son
claves
para
la
gestión
de
cualquier
despacho.
En
el
caso
de
la
relación
del
abogado
con
la
administración
de
justicia,
como
usted
bien
sabe,
aún
hay
mucho
trabajo
por
delante
en
cuanto
a
esa
interacción
digital
que
de
momento
no
llega.
En
penal
no
recibimos
notificaciones
por
correo
electrónico
pero
en
civil,
sí,
por
ponerle
un
ejemplo.
A
medio
plazo
las
tecnologías
serán
fundamentales
para
cualquier
rama
del
derecho.
Ahora
la
presentación
telemática
de
documentos
es
casi
imposible.
Veremos
si
realmente
la
apuesta
del
ministro
Catalá
de
lograr
una
justicia
digital
el 1
de
enero
se
cumple.
“En la nueva parte común hablamos de atención al cliente, empatía, su relación con la administración; la propia gestión del despacho y el uso para optimizar su tiempo y eficacia” |
Ahora
en
la
abogacía
de
los
negocios
no
hay
firma
o
bufete
que
no
tenga
su
plan
de
marketing
jurídico.
Es
cierto
y lo
hemos
incluido
en
la
parte
general
de
habilidades
es
un
tema
que
se
trabaja.
La
idea
es
que
el
joven
abogados
sepa
de
cómo
organizar
su
despacho,
su
gestión
a
cómo
vender
sus
servicios
al
exterior.
Los
propios
abogados
que
empiezan
tienen
un
servicio
de
orientación
jurídica
que
aunque
sea
externo
a la
EPJ
pueden
utilizar.
Igual
pasa
con
la
Biblioteca
del
ICAB,
a la
que
tienen
acceso.
Estamos
hablando
de
una
de
las
bibliotecas
más
importantes
de
Europa.
De
cara
a
este
primer
curso,
¿con
cuántos
profesionales
alumnos
arranca
este
primer
curso
de
la
nueva
EPJ?
Hasta
ahora
el
curso
empezaba
en
octubre
y
terminaba
en
julio.
Este
año
nos
adaptamos
también
a
los
alumnos
que
acaban
el
Máster
de
Acceso
y
organizamos
tres
convocatorias:
una
de
octubre,
la
de
enero
y
posiblemente
una
tercera
que
empiece
en
abril.
Este
es
el
motivo
de
no
poderle
concretar
exactamente
el
número
de
alumnos
que
tendremos
en
esta
oportunidad
con
estos
cambios.
A
este
curso
pueden
acudir
Graduados
que
han
hecho
el
Máster
de
Acceso
o
incluso
Graduados
que
no
lo
hayan
hecho
sin
estar
colegiados.
Normalmente
se
colegian
cuando
acaban
la
Escuela
de
Práctica
Jurídica.
Lo
fundamental
es
que
hayan
acabado
ese
grado
de
Derecho.
Por
desgracia
siguen
llegando
con
carencias
importantes,
entre
ellas
,
las
procesales
que
son
una
parte
importante
de
nuestro
trabajo.
Y
tras
haber
pasado
por
la
Escuela
de
Práctica
Jurídica,
¿qué?
¿Cuál
es
el
siguiente
paso
en
la
formación
de
estos
jóvenes
letrados?
Al
terminar
el
curso
tienen
la
opción
de
hacer
prácticas
tanto
en
el
sector
público
como
en
el
privado.
Estas
prácticas
se
controlan
desde
el
propio
ICAB
siendo
certificadas
desde
el
CGAE
y
desde
el
propio
Consell
de
la
Abogacía
Catalana.
Desde
ese
momento,
si
están
colegiados
ya
pueden
ejercer.
Ejercer
dónde
y de
qué
manera…
Es
fundamental
que
conozcan
bien
los
idiomas,
tanto
inglés
como
francés.
Si
no
los
tienen
ya
estudiados
lo
pueden
hacer
en
los
cursos
de
especialización
del
ICAB.
La
formación
hay
que
seguirla
a lo
largo
de
nuestra
vida
profesional.
En
ese
posible
itinerario
ese
joven
abogado
podría
hacer
un
master
para
especializarse
en
una
materia
antes
de
ejercer.
Pero,
como
el
resto
de
sus
compañeros,
tendrá
que
formarse
toda
la
vida
para
así
dar
respuesta
a
las
necesidades
de
sus
clientes.
El
paso
lógico
es
que
el
joven
letrado
empiece
a
trabajar
en
un
despacho
y
aprende
realmente
lo
que
es
la
profesión
durante
unos
años.
Cuando
uno
se
sienta
preparado
siempre
tiene
la
posibilidad
de
montar
su
propio
bufete.
Todo
depende
de
la
personalidad
de
cada
uno.
Hace
unos
días
supimos
a
través
del
Barómetro
de
la
Abogacía
del
CGAE
que
la
crisis
ha
impactado
y
mucho
en
los
abogados.
Es
cierto,
están
siendo
años
muy
duros.
Trabajas
más
por
menos
dinero
pero
son
los
tiempos
que
nos
han
tocado
vivir.
Muchos
compañeros
lo
están
pasando
mal.
Desde
el
ICAB
La
Fundación
Degà
Ignasi
de
Gispert
que
se
creó
en
1999
intenta
a
ayudar
a
esos
compañeros
con
problemas
económicos.
|