La AJA-Madrid acogió el pasado viernes en el Colegio de Abogados de
Madrid a la
final
de
la
Copa
Master
Poder
Judicial
de
la
que
resultó
triunfadora
la
Universidad
de
Madrid
tras
conocer
las
votaciones
de
un
ilustre
jurado
donde
destacaban
Adolfo
Suárez Illana,
presidente
de
ONTIER
y
Carlos
Bueren,
ex
fiscal
y
ahora
abogado
en
Uría
Menéndez.
Tan
solo
17
estudiantes
de
Derecho
de
toda
España
fueron
seleccionados
para
participar
en
la
primera
edición
del
torneo.
El
tema
de
debate,
de
máxima
actualidad,
complejo
y
hasta
hiriente:
¿se
debe
reformar
o no
el
Consejo
General
del
Poder
Judicial
y el
Ministerio
Fiscal
para
asegurar
el
Estado
de
Derecho?
Esta
iniciativa
ejemplar,
promovida
por
la
Plataforma
Cívica
por
la
Independencia
Judicial
(PCIJ),
ha
sido
bautizada
con
el
nombre
de
José
Couso,
como
muestra
de
apoyo
a la
familia
de
este
cámara
de
televisión,
asesinado
hace
doce
años
en
plena
guerra
de
Irak
y
cuyos
responsables
aún
no
han
sido
juzgados.
La PCIJ ha concebido los torneos de debate como «una forma de dar visibilidad
ante
la
opinión
pública
nacional
e
internacional
del
grado
de
politización
que
sufre
la
Justicia
española
y
que
amenaza
con
debilitar
el
respeto
a
los
Derechos
Humanos
en
nuestro
país».
El magistrado Manuel Ruiz de Lara, coordinador del torneo, viajó por toda
España
evaluando
a
los
estudiantes
de
Derecho
interesados
en
participar.
Los
17
universitarios
seleccionados
formaron
cinco
equipos
representando
a la
Universidad
de
Sevilla,
la
Universidat
Ramón
Llull-ESADE,
la
Universidad
de
Málaga,
la
Universidad
Autónoma
de
Córdoba
y a
la
universidad
de
Madrid
(unión
de
miembros
de
la
Universidad
Complutense
de
Madrid
y la
Universidad
Francisco
de
Vitoria).
Al inicio de cada sesión se sorteaban las dos posturas objeto de debate.
Fuera
a
favor
o en
contra,
los
enfoques
contrapuestos
apostaban
o
por
la
reforma
de
la
ley
que
regula
el
Consejo
General
del
Poder
Judicial
–la
Ley
Orgánica
del
Poder
Judicial–
o
por
eliminar
de
cuajo
esta
institución.
Curiosamente,
ninguno
defendió
su
permanencia
en
los
términos
actuales.
Los juristas Adolfo Suárez-Illana y Virginia López-Negrete, el periodista
Pedro.
J.
Ramírez, el
eurodiputado
Javier
Nart
así
como la
ex
magistrada
y
actual
alcaldesa
de
Madrid,
Manuela
Carmena,
fueron
algunos
de
los
ilustres
juzgadores
a lo
largo
del
torneo.
Sin
duda,
un
jurado
estratégico,
perfecto
conocedor
de
la
crisis
de
la
justicia
española,
que
tuvo
oportunidad
de
concienciarse
aún
más
de
la
inminente
necesidad
social
de
eliminar
las
injerencias
políticas
en
el
poder
judicial
para
garantizar
los
derechos
y
libertades
que
predica
nuestra
Constitución.
Tras debutar en la Embajada Española de París, los Juzgados de
Plaza
de
Castilla
y en
el
mismísimo
Parlamento
Europeo,
el
equipo
cordobés
y el
madrileño
lograron
protagonizar
la
gran
final
de
la
Copa
Master
en
el
Colegio
de
Abogados
de
Madrid.
Competición muy reñida
La elección del ganador no fue tarea fácil. El nivel técnico tanto del
fondo
como
de
la
forma
de
las
intervenciones
sorprendió
al
auditorio.
La
puesta
en
escena,
la
fluidez
del
léxico,
la
capacidad
de
improvisación
así
como
la
introducción
atractiva,
la
argumentio
y el
reflexivo
desenlace
de
cada
orador,
fueron
algunos
de
los
criterios
evaluados
por
el
jurado.
El
equipo
triunfador
resultó
ser
la
Universidad
de
Madrid
a
quien
le
fue
entregada
la
Copa
Master
por
Adolfo
Suárez-Illana,
reconocido
abogado
e
hijo,
precisamente,
del
más
firme
defensor
de
la
democracia
constitucional
y
del
Estado
de
Derecho
que
se
recuerda
en
la
historia
española,
el
ex
presidente
del
Gobierno
Adolfo
Suárez.
Aún
más
difícil
fue
elegir
al
mejor
entre
los
mejores.
Pablo
Méndez
y
Ana
María
Funez,
estudiantes
de
la
Universidad
Complutense
de
Madrid,
fueron
los
clasificados
para
el
duelo
individual.
Su
señoría,
Manuel
Ruiz
de
Lara,
desplegó
el
papel
y el
azar
quiso
que
Ana
María
defendiera
la
reforma
del
CGPJ
y
que
Pablo
refutara
los
argumentos
de
su
compañera
optando
por
la
eliminación
de
la
institución.
En
un
ambiente
de
complicidad
y
compañerismo,
por
todas
las
horas
de
estudio
y
esfuerzo
compartidas
entre
los
debatientes,
ofrecieron
un
debate
apasionado
donde
el
talento
de
ambos
brilló
más
que
nunca.
El
jurado
se
declinó
por
Ana
María
Fúdnez
quien
recibió
el
Premio
a la
Mejor
Universitaria
del
año
2015.
Probablemente
fuera
el
'alegato'
final
de
la
futura
abogada
lo
que
conquistó
al
jurado.
Ella,
en
su
papel
de
defensora
de
la
reforma
del
CGPJ,
asemejó
la
crisis
actual
de
la
justicia
con
la
miopía
que
cualquier
persona
puede
tener.
Expuso
que,
si
una
persona
tiene
miopía,
el
doctor
le
pone
unas
gafas
para
mejorar
su
visión
y
subsanar
el
defecto
pero,
de
ninguna
manera,
se
le
arrancan
los
ojos
como
defendía
su
oponente
–en
el
papel
que
la
suerte
le
impuso–
al
proponer
la
supresión
definitiva
de
la
institución
que
regula
al
poder
judicial.
Además,
citando
al
magistrado
Jesús
Villegas,
Secretario
General
de
la
PPIJ,
clamó
a la
sensatez
alegando
que
el
poder
judicial
está
enfermo,
no
muerto:
«Vamos
a
ayudarlo,
vamos
a
curarlo,
vamos
a
darle
su
medicina
pero
no
vamos
a
matarlo
con
lo
importante
que
es
para
nuestro
Estado
de
Derecho».
Desde la AJA-Madrid, se dio seguimiento a cada una de las intervenciones
pudiendo
ser
testigos
de
la
progresiva
mejoría
de
los
debatientes
según
se
aproximaba
la
gran
final.
Juan
Ospina,
Presidente
de
AJA-Madrid,
manifestó
el
orgullo
que
sentimos
desde
la
Agrupación
por
el
esfuerzo
de
las
grandes
promesas
de
la
abogacía
joven
y
felicitó
a
los
participantes
por
su
inquietud
por
ser
mejores.
Mejores
personas,
mejores
abogados
y
mejores
ciudadanos.
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