Hace
más
de
un
año
tomó
las
riendas
de
un
despacho
tan
mediático
como
es
Cremades
&
Calvo
–Sotelo,
firma
española
vinculada
al
derecho
financiero
y a
las
reclamaciones
colectivas
donde
se
está
posicionando
de
manera
sólida.
Nuestro
interlocutor
José
Francisco
Estévez
realiza
las
tareas
de
socio
director
del
despacho
mientras
que
Javier
Cremades
es
el
presidente
del
bufete
y
Santiago
Calvo-Sotelo
se
ha
responsabilizado
de
la
parte
financiera
del
despacho.
Una
firma
con
140
abogados
en
Madrid
con
presencia
también
en
Barcelona,
Málaga,
Marbella,
Zaragoza,
Pamplona,
Granada,
Buenos
Aires
(Argentina),
Bogotá
(Colombia)
y
ahora
en
Palma
de
Mallorca.
Desde
esta
ciudad
balear
atiende
nuestra
llamada:
“Hemos
sabido
evolucionar
de
una
firma
que
era
una
boutique
legal
especializada
en
tecnología
a un
despacho
multidisciplinar
posicionada
en
el
derecho
financiero
y
bancario
donde
la
protección
de
los
accionistas
minoritarios
es
clave”,
explica.
Nuestro
interlocutor
es
el
presidente
del
Comité
Jurídico
de
Eurofinius,
federación
de
las
42
asociaciones
de
accionistas
europeos
y
miembro
del
ESMA,
autoridad
de
control
europea
en
mercado
de
valores.
Con
él,
(el
primero
de
la
izquierda
con
Javier
Cremades
y
Santiago
Calvo-Sotelo,
en
la
foto)
analizamos
este
año
de
gestión
del
despacho
y
sus
planes
de
desarrollo.
Sr.
Estévez,
¿qué
balance
puede
hacernos
del
VI
Congreso
de
AEMEC
y
III
Congreso
de
la
Internationational
Financial
Litigation
Network,
celebrado
en
Madrid
hace
unos
días?
Ha
sido
un
éxito
de
afluencia
de
expertos
y
profesionales
relacionados
con
el
derecho
financiero.
Además
se
han
hecho
análisis
jurídicos
completos
de
asuntos
tan
mediáticos
como
los
casos
de
Pescanova,
Gowex
o
Bankia
entra
otros.
Todos
estos
escándalos
tienen
algunas
similitudes,
una
de
ellas
el
fallo
de
los
controles
de
los
reguladores
externos
como
el
Banco
de
España
o la
CNMV.
Al
mismo
tiempo
ante
estas
reclamaciones
es
fundamental
que
se
reconozca
una
action
class
europea.
“Solo la existencia de algunos lobbies impide la puesta en marcha de la acción de clase en nuestro país. Holanda ha demostrado que puede funcionar esta iniciativa” |
Esta
es
una
reclamación
muy
habitual
en
los
EEUU
donde
los
pequeños
accionistas
o
consumidores
pueden
reclamar
en
una
acción
única
y
colectiva.
En
España
ni
el
legislador
ni
el
Tribunal
Supremo
con
algunos
de
sus
fallos
no
respalda
este
tipo
de
iniciativas.
Solo
la
existencia
de
algunos
lobbies
que
impiden
su
puesta
en
marcha
justifica
que
aún
no
exista
esta
iniciativa
en
países
como
el
nuestro.
Países
vecinos
como
Holanda
han
demostrado
que
la
acción
de
clase
se
puede
impulsar.
Nadie
discute
que
esta
defensa
de
los
intereses
colectivos
está
caracterizando
el
trabajo
de
Cremades
&
Calvo-Sotelo
como
firma
legal
en
estos
últimos
años.
Ahí
estamos
bien
posicionados.
Aunque
como
abogados
que
somos
defendemos
tanto
a
pequeños
accionistas
como
a
grandes
empresas.
Junto
a
esta
actividad
llevamos
varios
meses
desarrollando
un
área
sobre
derecho
del
arte.
Esta
es,
como
bien
sabe,
una
materia
muy
cercana
a
los
derechos
de
propiedad
intelectual
donde
las
transacciones
tienen
implicaciones
jurídicas
importantes.
Este
es
otro
nicho
de
mercado
donde
queremos
posicionarnos.
Faltan
especialistas
en
esta
materia.
Ustedes
han
sacado
del
ostracismo
a
los
accionistas
minoritarios
e
impulsado
algunas
asociaciones
en
empresas
de
primera
fila.
Somos
conscientes
que
cualquier
inversor
individual
debe
tener
seguridad
jurídica
cuando
realiza
una
inversión
sea
la
que
sea.
Al
mismo
tiempo
creemos
que
debe
tener
herramientas
jurídicas
para
reclamar
cuando
le
defraudan.
Esta
es
una
práctica
que
hemos
importado
de
países
como
Suecia,
Holanda
y
Alemania
que
tienen
este
tipo
de
asociaciones.
Sin
embargo,
también
le
digo
que
somos
abogados
de
bancos
y
grandes
empresas
como
Banco
Santander
o
Iberdrola.
Representamos
tanto
a
instituciones
financieras
como
a
clientes
que
tienen
problemas
con
algún
banco,
eso
sí
procuramos
evitar
los
conflictos
de
intereses
que
puedan
surgir.
¿Cómo
compagina
su
labor
de
managing
partner
con
el
ejercicio
diario
de
la
abogacía?
Se
trata
de
ser
tenaz
y
saber
organizarse
el
tiempo.
Lo
que
nunca
haré
será
colgar
la
toga
por
gestionar
el
despacho.
Me
gusta
lo
que
hago
como
abogado,
más
que
de
juzgados
en
el
ámbito
consultivo
y de
negociaciones.
Llevo
más
de
treinta
años
en
la
profesión
y he
estado
muchos
años
en
empresas
y
hasta
la
fecha
he
logrado
compaginar
ambas
tareas.
Es
bueno
sacar
tiempo
para
llevar
tus
casos
y
clientes
y
así
no
convertirte
en
gestor
de
personas.
Desde
hace
un
año
ya
veo
que
con
los
dos
socios
fundadores
de
la
firma
sí
han
llegado
a un
reparto
de
funciones
ejecutivas.
Se
trata
de
buscar
el
equilibrio
en
el
trabajo
y la
mejor
coordinación
entre
todos.
Santiago
Calvo-Sotelo
lleva
ahora
toda
la
parte
financiera
del
despacho;
no
dejamos
de
ser
una
empresa
de
servicios
jurídicos
que
debe
ser
rentable.
Javier
es
el
presidente
de
la
firma
con
una
labor
ejecutiva
notable
y en
mi
caso
me
dedico
como
managing
partner
a
gestionar
los
equipos
de
profesionales
del
despacho.
En
esa
gestión
de
equipos
es
evidente
que
al
abogado
se
le
exige
ahora,
además
de
ser
un
excelente
técnico
otro
tipo
de
cualidades.
Es
cierto.
La
profesión
de
abogado
no
es
solamente
técnica.
Conlleva
al
mismo
tiempo
una
faceta
humana
importante.
Lo
que
quiero
transmitir
a
los
jóvenes
letrados
que
trabajan
con
nosotros
es
que
al
cliente
hay
que
escucharlo.
Ustedes
hacen
una
buena
selección
contando
con
Carlos
Cortés,
headhunter
y en
su
día
creador
del
cazatalentos
Neumann
España.
Es
uno
de
los
expertos
en
RRHH
más
prestigioso
del
país
y
nos
ayuda
en
esa
selección.
Carlos
chequea
posibles
candidatos
que
Javier
Cremades
y yo
acabamos
de
entrevistar.
Nos
ayuda
mucho
su
experiencia
en
estos
temas.
En
principio
nos
nutrimos
de
los
profesionales
que
acaban
los
másters
que
impulsa
el
despacho
en
Derecho
de
las
Telecomunicaciones;
Negocio
y
Derecho
de
la
Energia;
Dirección
de
Asesoría
Jurídica
de
Empresas,
Comunicación
Corporativa
e
institucional
desarrollado
con
instituciones
como
ICADE,
IE o
Instituto
de
Estudios
Bursátiles.
Son
abogados
que
se
forman
con
nosotros
y
que
pronto
se
adaptan
a
nuestro
sistema
de
trabajo
que
no
es
muy
jerarquizado.
Funcionamos
en
equipos
pluridisciplinares
y en
este
contexto
la
gente
joven
disfruta
mucho.
Claro
porque
se
ve
metida
en
un
asunto
importante
y se
siente
responsable.
Desde
luego.
Tenga
en
cuenta
que
cada
tema
tiene
óptica
diferente
o
varias
a la
vez;
mercantil,
fiscal
o
concursal.
Cuando
das
responsabilidad
a
tus
abogados
normalmente
responden
a
ese
reto.
No
estamos
tanto
organizados
por
departamentos
como
por
equipos
de
profesionales
Y
ahora
el
despacho
se
posiciona
en
Palma
de
Mallorca.
¿Qué
se
busca
teniendo
oficinas
allí?
Sabemos
que
es
una
de
las
ciudades
más
importante
de
España
donde
se
generan
muchos
negocios
y
allí
tenemos
que
estar.
La
expansión
de
Mallorca
e
Ibiza
es
evidente.
Ya
teníamos
algunos
clientes
y
ahora
hemos
llegado
a un
acuerdo
con
un
despacho
de
la
zona
para
crear
una
oficina
en
la
ciudad
Nuestra
firma
ayudo
a
Fundatur
a
recobrar
el
yate
Fortuna
que
se
había
donado
al
Rey
Don
Juan
Carlos.
Nos
iremos
posicionando
en
Palma
de
forma
progresiva
con
un
uso
de
la
abogacía
casi
de
forma
artesanal,
a la
antigua
usanza.
Conozco
bien
la
isla,
mi
abuelo
era
un
pintor
conocido
de
la
isla
y se
cuál
es
el
tempo
que
hay
que
desarrollar
en
nuestro
trabajo.
¿Qué
otras
aperturas
hay
previstas
por
parte
de
Cremades
&
Calvo-Sotelo
a
corto
y
medio
plazo?
Habrá
que
estudiarlo
con
calma
si
seguimos
con
la
expansión
nacional.
Lo
que
si
tenemos
in
mente
es
abrir
en
París
y
reforzar
nuestra
oficina
en
Nueva
York.
Siempre
buscamos
un
socio
local
para
hacer
desembarco
via
best
friend.
En
Buenos
Aires,
Cremades
&
Calvo-Sotelo
es
el
antiguo
despacho
Borda.
Igual
hemos
hecho
en
Colombia
donde
ya
operamos
con
nuestro
nombre
español.
En
estos
momentos
estamos
con
la
vista
especial
en
un
sitio
como
es
Guinea
Ecuatorial.
Nuestra
idea
es
abrir
una
oficina
en
Malabo
de
la
mano
de
un
socio
local.
Son
todos
despachos
con
los
que
hay
una
relación
de
confianza
y
hemos
gestionado
diferentes
asuntos.
Al
mismo
tiempo
seguiremos
con
nuestra
alianza
de
Irwin
Mitchell
en
Londres.
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