En
estos
VII
Encuentros
de
Madrid,
como
ya
sucede
a lo
largo
de
su
historia,
hemos
podido
conocer
los
puntos
de
vista
de
juristas
de
los
cinco
continentes.
Poco
antes
de
empezar
la
ceremonia
de
entrega
de
medallas
a
los
abogados
madrileños
en
el
Tribunal
Supremo
charlamos
con
Carlos
Alberto
Andreucci,
presidente
de
la
Federación
de
Colegios
Argentinos
en
el
periodo
2003-2011;
Presidente
de
los
Colegios
y
órdenes
de
abogados
de
Mercosur
entre
2012
al
2014
y
actual
vicepresidente
de
la
UIBA
desde
el
2006,
quien
ve
varios
elementos
comunes
en
el
ejercicio
de
la
profesión
de
abogado
en
cualquier
parte
del
mundo:
.
Hay
que
darse
cuenta
que
todos
estamos
aquí
por
vocación,
por
encima
de
todo;
luego
hay
problemáticas
comunes;
la
discusión
de
la
formación
del
abogado
tanto
a
nivel
Universitario
como
en
su
puesto
de
trabajo.
Otro
tema
de
interés
tiene
que
ver
con
la
ética,
el
conflicto
ético
y el
respeto
al
cliente.
Que
esta
profesión
no
esté
invadida
por
intrusismos.
También
sobre
la
remuneración
del
abogado
hay
mucho
que
decir
sobre
todo
cuando
hablamos
de
un
intangible
pese
a
que
no
podamos
garantizar
un
resultado
al
cliente”,
aclara.
Por
último,
recuerda
que
ser
abogado
“como
ya
lo
dijo
la
ONU
hace
tiempo
es
una
profesión
de
riesgo
y en
muchos
países,
algunos
compañeros
lo
pasan
mal.
Aquí
los
Colegios
Profesionales
ayudan
mucho
al
letrado
tanto
a
nivel
nacional
como
internacional”.
Sr.
Andreucci,
a lo
largo
de
estos
VII
Encuentros
en
Madrid
hemos
visto
problemáticas
comunes
en
la
abogacía
de
todo
el
mundo;
es
el
caso
de
la
ciberdelincuencia,
por
ejemplo.
El
abogado
debe
trabajar
en
dos
grandes
planos.
El
primero
desde
una
normativa
que
respeta
los
derechos
constitucionales
de
las
personas.
En
ese
contexto
debe
ser
el
juez
quien
respalde
esas
actuaciones
que
se
hagan.
No
podemos
olvidar
que
los
delitos
tecnológicos
ahora
son
muy
sofisticados
algunos
de
ellos
y
que
el
problema
de
la
territorialidad
hace
que
no
haya
unos
cánones
comunes
a la
hora
de
perseguirlo.
En
segundo
lugar,
nadie
discute
la
necesidad
de
la
formación
activa
de
los
abogados
en
derecho
penal
y no
penal,
cuando
hablamos
de
protección
de
datos,
Es
fundamental
estar
a la
altura
de
este
tipo
de
delitos
tecnológicos.
“La inteligencia artificial es uno de los grandes desafíos de las plataformas tecnológicas. Sin embargo el papel del abogado seguirá siendo insustituible. Humanizará y ordenará toda esa información que se genere” |
Ahora
vivimos
una
incertidumbre,
se
habla
de
más
seguridad
pero
posiblemente
los
derechos
de
los
ciudadanos
se
vean
afectados.
Como
presidente
de
la
FACA
vivimos
una
experiencia
enriquecedora,
un
episodio
de
secuestro
seguido
de
muerte
en
Argentina,
el
caso
de
Alex
Blumberg.
Su
padre
logró
una
gran
movilización
y la
aprobación
de
la
Ley
Espia.
Con
esta
norma
se
interceptaban
todas
las
comunicaciones
tanto
alámbricas
como
inalámbricas.
En
esta
situación
presentamos
una
acción
de
clase
que
ayudó
a
preservar
la
intimidad
de
todos
los
ciudadanos,
la
confidencialidad
en
el
manejo
de
las
comunicaciones
y
sobre
todo
el
derecho
a
estar
con
uno
mismo.
La
dicotomía
seguridad
y
libertad
no
puede
cercenar
los
derechos
de
los
ciudadanos.
Si
se
hace
algo
debe
realizarse
de
forma
proporcionada,
con
carácter
temporal
e
intervención
judicial.
En
la
mesa
que
usted
ha
participado
se
hablaron
de
los
retos
a
los
que
se
enfrenta
la
abogacía,
la
tecnología
es
uno
de
ellos,
¿verdad?
Hoy
el
ciudadano
accede
a
una
cantidad
enorme
de
información
gracias
a la
llamada
web
2.0
que
cree
que
es
verosímil
pero
no
es
así
en
muchas
ocasiones.
El
abogado
no
debe
renegar
de
la
tecnología
sino
convertirla
en
un
aliado
para
su
gestión
diaria.
De
esa
forma
podrá
seguir
asesorando
de
manera
certera
a
los
propios
ciudadanos.
Los
jóvenes
letrados
lo
tienen
más
sencillo
adaptarse
a
este
nuevo
entorno
digital
del
que
son
nativos.
Por
su
parte,
el
llamado
abogado
común,
que
sería
el
resto
debe
entender
este
nuevo
panorama
que
se
abre
con
la
tecnología.
Con
su
empleo
le
da
un
amplio
margen
de
mejora
en
la
resolución
de
conflictos
que
ahora
para
él
es
impensable.
Richard
Susskind,
ideólogo
de
la
abogacía,
habla
de
un
cambio
radical
por
la
llegada
de
la
tecnología
y
que
habrá
trabajos
que
ya
no
hagan
los
letrados
y sí
algunas
máquinas.
La
inteligencia
artificial
es
uno
de
los
grandes
desafíos
de
las
plataformas
tecnológicas.
No
podemos
olvidar
que
el
abogado
humaniza
esa
información
al
ordenar
toda
esa
documentación
que
le
llega.
Seguirá
siendo
insustituible.
Con
internet
aparecen
nuevas
realidades,
algunas
de
ellas
virtuales.
La
labor
del
abogado
va a
ser
clasificar,
ordenar
y
darle
certeza
a
esa
información.
Es
el
caso
de
la
Wikipedia
donde
se
procura
que
los
contenidos
sean
fiables
por
terceros.
¿Es
la
abogacía
una
profesión
de
riesgo,
hoy
en
día?
Así
es.
La
propia
ONU
la
declaró
como
profesión
de
riesgo
hace
años.
La
agresión
que
en
el
mundo
sufre
el
abogado
en
el
ejercicio
de
su
profesión
es
dramática.
Se
afecta
a su
libertad
y a
su
propia
dignidad,
incluso
a su
patrimonio
y
familia.
En
países
como
México,
Guatemala,
en
todo
lo
que
es
la
cultura
árabe
es
preocupante
porque
muchas
veces
pierde
la
vida
en
determinados
sucesos.
Esto
es
importante
que
las
jóvenes
generaciones
de
abogados
lo
entiendan:
ser
abogado
es
una
lucha
permanente
con
muchos
riesgos
externos.
¿Qué
papel
deben
jugar
los
Colegios
de
Abogados
en
el
futuro?
A la
hora
de
contestar
una
pregunta
tengo
que
mencionarle
a
Angel
Osorio
Gallardo
y su
libro
“El
alma
de
la
toga”
que
señalaba
que
donde
hay
más
de
dos
abogados
hay
un
Colegio.
Hay
que
darse
cuenta
que
un
abogado
solo
es
presa
fácil
del
poder.
Los
Colegios
garantizan
la
independencia
de
los
abogados;
que
los
ciudadanos
tengan
un
defensor
que
no
esté
amenazado.
Sin
abogados
independientes
no
puede
haber
Estado
de
Derecho.
Hay
que
darse
cuenta
que
los
propios
Colegios
al
ser
independientes
y no
están
involucrados
con
los
políticos
de
turno
sino
que
tienden
a
cumplir
un
cometido
estatal
que
es
el
control
de
la
abogacía,
elemento
clave
para
la
defensa
de
los
derechos
de
los
ciudadanos.
Los
Colegios
velan
entonces
porque
los
propios
ciudadanos
no
estén
presionados
por
ningún
sector
político
concreto.
Por
eso
molestan
tanto
a
los
fines
de
cualquier
proyecto
político.
Es
una
gran
noticia
que
en
la
Constitución
Española
en
su
articulo
36
se
hable
del
papel
de
los
Colegios
de
Abogados.
Pero
no
se
pueden
dormir.
El
poder
político
siempre
estará
al
acecho
de
cualquier
vaivén.
Con
el
entorno
global
del
que
hablábamos
antes,
marcado
por
la
tecnología,
¿se
modificará
bastante
el
concepto
que
hoy
tenemos
de
Colegio
de
Abogados?
Es
posible
que
cambie
algo.
Los
Colegios
además
de
ser
elemento
clave
para
preservar
el
Estado
de
Derecho
tendrán
que
mejorar
su
portfolio
de
servicios
y
mejorar
el
sistema
de
pertenencia
del
propio
abogado
a su
entidad
colegial.
Los
Colegios
tendrán
que
profundizar
en
su
democratización,
en
orden
a su
elección
y
renovación
de
cargos
directivos,
a la
profesionalización
en
el
futuro
de
alguno
de
esos
cargos.
Al
mismo
tiempo
tendrán
que
ser
elementos
que
animen
al
abogado
en
su
vocación
profesional
desde
la
motivación.
Uno
de
los
desafíos
en
el
mundo
que
tienen
los
Colegios
tiene
ver
con
la
recuperación
del
impulso
y
del
coraje.
Se
trata
en
muchos
casos
de
un
replanteamiento
de
lo
que
van
a
hacer
sin
perder
su
esencia
asociativa.
En
estos
VII
Encuentros
en
Madrid
también
se
ha
hablado
de
la
situación
de
los
métodos
alternativos
de
conflictos
frente
a la
jurisdicción.
La
situación
ha
ido
evolucionando
si
analizamos
el
estudio
hecho
desde
el
Observatorio
que
posee
la
UIBA
para
este
tipo
de
asuntos.
Algunos
datos
señalan
que
un
80
por
cien
de
los
ciudadanos
son
partidarios
de
buscar
métodos
alternativos
al
proceso
judicial
normal.
El
ciudadano
busca
otro
método
más
agil
y de
mayor
seguridad
jurídica.
Con
estos
datos
se
genera
la
ilusión
por
un
nuevo
modelo
basado
en
la
mediación
y la
conciliación.
El
problema
es
que
muchos
ciudadanos
creen
aún
en
el
poder
del
juez
por
encima
de
cualquier
otro.
Frente
a
ello
la
mediación
abre
la
puerta
a
que
las
partes
busquen
la
solución
al
conflicto
entre
ellos.
Este
cambio
cultural
requiere
profesionales
formados
que
entiendan
que
el
litigio
es
una
herramienta
pero
no
es
la
esencia
de
la
abogacía.
Con
métodos
como
el
arbitraje
o la
mediación
los
conflictos
se
solventan
de
otra
manera.
En
el
caso
del
primero,
lo
mejor
es
que
sea
de
derecho
y
que
las
propias
entidades
colegiales
sean
las
que
respalden
los
propios
centros
de
arbitraje.
Este
sello
puede
ser
garantía
de
seriedad
y
profesionalidad.
Hace
unas
semanas
se
ha
creado
el
CIAR,
Centro
Iberoamericano
de
Arbitraje,
que
tendrá
sede
en
la
capital
de
España.
Se
firmó
el
convenio
constitutivo
el
pasado
19
de
marzo
en
Buenos
Aires
y se
va a
convertir
en
un
eje
central
de
cambio
a
nivel
jurídico
en
LATAM.
Es
una
entidad
creada
por
la
sociedad
civil
iberoamericana;
abogados;
empresarios;
Cámaras
de
Comercio
y
otros
interlocutores
de
prestigio.
Va a
facilitar
a la
pequeña
y
mediana
industria
encontrar
soluciones
alternativas
para
sus
asuntos.
Para
que
las
pymes
crezcan
en
un
mercado
más
amplio
del
de
su
ámbito
de
actividad
necesitan
seguridad
jurídica
que
puede
ahora
darle
el
propio
CIAR.
El
arbitraje
de
esta
entidad,
con
garantía
de
la
profesionalidad
de
los
árbitros
y a
bajo
coste,
va a
ayudar
a
que
muchas
empresas
de
menor
tamaño
se
dedican
a
exportar
a
otros
países
con
más
garantías
que
antes.
A la
vez,
las
políticas
activas
de
los
Estados
del
fomento
de
las
pymes
y su
actividad,
serán
claves
en
su
desarrollo
posterior.
|