El
debate
abierto
en
torno
a la
neutralidad
de
la
Red
es
uno
de
los
frentes
abiertos
prioritarios
no
sólo
a
nivel
de
la
UE,
sino
también
en
EE.UU
y
globalmente.
En
el
pasado
mes
de
noviembre
el
presidente
de
EE.UU,
Barack
Obama,
hacía
una
declaración
pública
a
favor
de
la
neutralidad
de
la
Red,
abogando
por
considerar
el
acceso
a
Internet
como
un
servicio
público
de
interés
general,
del
mismo
modo
que
son
bienes
como
la
luz
o el
agua.
Poco
más
tarde
y
muy
recientemente,
el
pasado
26
de
febrero,
la
FCC
americana
(Federal
Communications
Comission),
aprobaba
una
resolución
en
la
que
se
garantizaba
la
neutralidad
de
la
Red,
con
tres
votos
a
favor
frente
a
dos
en
contra.
Esta
comisión
independiente
de
EE.UU
aprobaba
medidas
sólidas
para
proteger
la
igualdad
de
todos
los
usuarios,
de
modo
que
la
autopista
al
conocimiento,
productos
y
servicios
que
supone
Internet,
no
sea
una
autopista
de
peaje.
Así,
en
EE.UU
se
daba
un
importante
paso
hacia
la
defensa
de
la
neutralidad
de
la
Red.
Las
preguntas
abiertas
en
torno
a
este
debate:
¿trato
prioritario
en
función
del
tráfico?
¿las
grandes
o
poderosas
podrán
pagar
para
tener
un
acceso
mejor,
de
más
calidad
o
más
rápido?
¿se
permitirá
la
descarga
a
mayor
velocidad,
priorizando
contenidos
o
discriminando
contenidos?
A
fin
de
cuentas,
¿habrá
un
Internet
a
dos
velocidades
que
podría
perjudicar
a
las
pequeñas
y
medianas
empresas?
En
relación
con
la
neutralidad
de
la
Red,
existen
dos
posturas
que,
en
parte,
chocan,
por
una
parte
la
posición
de
empresas
de
teleco
proveedoras
de
acceso
a
Internet,
quienes
ponen
la
infraestructura
y,
por
otra,
las
empresas
distribuidoras
de
contenido
o
servicios
que
han
proliferado
y
crecido
exponencialmente
en
las
últimas
décadas.
Por
supuesto,
en
Europa,
también
es
un
tema
que
está
en
el
foco
de
atención.
En
diciembre
de
2014,
la
canciller
alemana
Angela
Merkel,
abogaba
por
un
Internet
de
dos
velocidades,
exponiendo
un
modelo
de
acceso
basados
en
dos
tipos
de
acceso:
uno
preferente
o
prioritario
de
alta
velocidad
con
peores
condiciones.
De
este
modo,
la
mandataria
alemana,
se
desmarcaba
de
la
postura
defendida
mayoritariamente
en
la
UE,
abriendo
de
nuevo
el
debate
y la
reflexión
en
torno
a
esta
materia
compleja.
Sobre
la
mesa
en
la
UE
hay
un
borrador
de
texto
normativo
que,
si
bien
considera
que
se
debe
tratar
todo
el
tráfico
por
igual,
deja
la
puerta
abierta
a la
negociación
de
mayor
velocidad
previo
pago.
La
neutralidad
de
la
Red,
desde
luego,
es
un
asunto
no
baladí,
puesto
que,
de
las
conclusiones
que
se
alcancen,
podría
cambiar
las
reglas
del
juego
en
Internet. |