Sexmero (Don Marcelino, de AJFV), comentaba este fin de semana en Lawyerpress que para el nuevo año el CGPJ tiene pendientes, entre otras cosas, “… dar una adecuada solución a la situación de las últimas promociones de jueces que se encuentran en expectativa de destino ejerciendo labores de mera sustitución y que atenta contra la dignidad de una función constitucional tan importante como la de Juez y cuya PRECARIEDAD Y PROVISIONALIDAD ES INAGUANTABLE en un estado de derecho”.
Hace ya bastantes meses que nosotros, esos a los que tanto odian los opositores en un sentimiento ciertamente no recíproco por muchas razones que no voy a analizar ahora, denunciábamos en un artículo denominado “La Vida de los Otros”, la situación absolutamente anómala e inaceptable (rayana en el mobbing en algunos casos) que están sufriendo los jueces salidos de las últimas promociones. Con ello quiero decir que “su guerra” y la “guerra futura” que algún día tendrán que librar los actuales opositores es también “nuestra guerra”, que siempre se moverá contra quienes desde el poder omnímodo que da el BOE, maltratan y discriminan a los trabajadores públicos de cualquier edad, signo o condición.
Pero esta coincidencia de pareceres con el señor Sexmero se nos queda corta, en efecto y como no puede ser de otra forma no hay que olvidar que los jueces de las últimas promociones cobran todos los días de todos los meses, y que su “precariedad y provisionalidad” es temporal (obra de Albertito por cierto que creó el problema y ahora a los suyos les toca solucionarlo).
Por contrapunto a esta “inaguantable” situación en un “estado de derecho”, encontramos que otros profesionales de la Justicia, condenados al olvido, tenemos una situación de provisionalidad y precariedad que va mucho más allá, por cuanto ni cobramos todos los meses, ni todos los días, ni podemos desempeñar ninguna otra profesión relacionada con el mundo del derecho, por lo que como decía José Mota “en no comiendo vamos sacando para los gastos”, y además nuestra situación, lejos de ser transitoria, se prolonga indefinidamente no sólo porque en el pasado y en el presente tenemos que pasar por las Horcas Caudinas de nuestra renovación año tras año, sino porque ahora estos Epulones de la Justicia además nos quitan hasta lo poco que teníamos que eran los despojos que nos arrojaban desde su mesa suntuosa. Sin embargo y como en la parábola en cuestión por lo visto parece que esto no preocupa tanto en los lujosos salones donde se mueven las Altas Esferas.
Pues aquí, desde las Bajas Esferas, debo recordar ante quien proceda y corresponda, que los Jueces Sustitutos también somos trabajadores del sector público del supuesto Estado de Derecho, y que, aunque no hayamos sacado la oposición, la interdicción de la precariedad laboral también nos alcanza a nosotros, el derecho a la dignidad personal y laboral también nos atañe, y que, supongo, que es mucho más inaguantable al Estado de Derecho, que haya gente que después de haber encarnado, no pocas veces por cierto, uno de los Poderes de ese Estado de Derecho, esté pasando hambre (esto no conjuga mucho con la Marca España ¿no?).
Señor Sexmero suscribo sus palabras, todas además, pero nuevamente se olvidan de nosotros, sé que a veces es balsámico ignorar los problemas para no sufrirlos, como dicen en la cárcel el que no piensa no paga, pero la realidad es muy terca y los problemas por más que se ignoren se empeñan en estar ahí.
Y aquí hay cuestiones mucho más graves que las que usted relata en su escrito, muchos ciudadanos sufren esperas de casi dos años para ver resueltos sus problemas laborales, los corruptos siguen tomando turrón del bueno en sus casas y brindando con champán francés en lugar de devolver todo lo que se han llevado y brindar en buena compañía a la sombra de las rejas, y las empresas continúan sin cobrar lo que se les debe por el sector público porque los procedimientos contenciosos se prolongan de forma desesperante, y esto como ejemplos que se me vienen a la cabeza, pero hay muchos más.
De todo esto podemos echar la culpa a quien queramos, a los Sindicatos, a Podemos, al Real Madrid o al “Islero” por matar a Manolete en la Plaza de Linares, pero lo único cierto es que en España se ha eliminado de facto a quienes ponían el 30% de las resoluciones judiciales y parece ser que, a lo mejor, esto tenga algo que ver con el desastroso funcionamiento de la Administración de Justicia.
En efecto el CGPJ y el Ministerio tienen un problema mucho mayor que esos que usted relata, y es que, como en las comedias en blanco y negro, ahora tiene que deshacerse del cadáver de nuestro colectivo antes de que llegue la Policía.
