Gestión
de
la
privacidad;
lucha
contra
la
piratería
o
búsqueda
de
una
norma
que
gestione
nuestra
propiedad
intelectual
son
algunas
de
las
causas
que
provocó
la
puesta
en
marcha
de
la
Asociación
de
Internautas
hace
dieciséis
años
en
un
entorno
en
el
que
Internet
ha
cambiado
por
completo.
“Es
fundamental
que
el
usuario
se
autoregule
a
nivel
de
privacidad
y se
dé
cuenta
que
nada
es
gratis
en
la
red”,
comenta
Víctor
Domingo,
presidente
y
uno
de
los
fundadores
de
esta
entidad.
Con
él
hemos
conversado
del
desarrollo
de
Internet,
sus
riesgos
y la
normativa
que
llega:
"Las
leyes
deben
resolver
problemas
no
generarlos.
Ya
es
una
aberración
que
se
incluya
el
canon
digital
en
una
partida
de
los
Presupuestos
Generales
del
Estado.
No
tiene
ni
pies
ni
cabeza
y
esta
reforma
es
una
sin
razón
que
no
sabemos
por
qué
están
tan
interesados
en
sacar”,
comenta.
A su
juicio
Gobierno
y
grandes
corporaciones
manejan
mucha
información
de
particulares
“No
sabemos
para
qué
quieren
esa
información
y lo
que
queda
claro
es
que
nuestra
privacidad
queda
comprometida.
El
problema
del
internauta
es
que
es
muy
confiado.
Debería
tomar
más
precauciones
sobre
este
tema
y no
dar
tanta
información
así
de
golpe”,
subraya.
En
primera
persona
“Hace
dieciséis
años
un
grupo
de
profesionales
nos
reunimos
para
buscar
la
fórmula
que
aquel
fenómeno
de
Internet
que
emergía
fuera
accesible,
asequible
y
universal.
En
aquel
momento
había
un
millón
de
usuarios
y
aún
no
habían
llegado
las
tarifas
planas
como
las
conocemos
ahora.
En
ese
escenario
se
pagaba
270
pesetas
la
hora
de
conexión
y
utilizábamos
esos
modem
de
56
kilobyte
por
segundo
que
algunos
con
cierta
edad
recordamos.
Logramos
con
nuestra
reclamación
que
aparecieran
las
tarifas
onduladas
en
el
BOE
en
aquella
etapa
que
la
ministra
de
Industria
era
Ana
Birulés.
Con
la
aparición
de
esta
tarifa
ondulada
pasamos
del
millón
de
usuarios
a
los
cinco
millones
hasta
el
punto
que
estamos
hoy.
Al
mismo
tiempo
se
estaba
creando
un
mundo
paralelo
en
internet
y
acuñándose
conceptos
como
convivencia
digital.
Al
final
te
das
cuenta
que
ser
internauta
nadie
te
enseña.
En
nuestra
actividad
hemos
participado
activamente
en
el
desarrollo
e
implementación
de
la
LSSI,
Ley
de
Servicios
de
la
Sociedad
de
la
Información,
dos
años
de
debate
y
sesenta
anteproyectos
donde
nuestro
protagonismo
fue
interesante.
Quedamos
satisfechos
de
cómo
quedó
esta
norma.
De
esa
época
arrancan
los
primeros
problemas
que
genera
la
LPI,
Ley
de
Propiedad
Intelectual,
ahora
de
nuevo
de
actualidad
por
su
reforma
parcial
que
no
convence
a
nadie.
Hay
que
reconocer
que
en
ese
2003
cuando
se
habló
por
vez
primera
de
canon
digital
el
enfoque
era
diferente
al
de
ahora.
En
ese
escenario
las
sociedades
de
gestión
llegaron
a
cobrar
sobre
los
200
millones
de
euros
por
derechos
de
autor,
ahora
reducidos
a
cinco
millones.
Otro
tema
que
nos
preocupa
es
la
seguridad
en
internet,
especialmente
relacionada
con
los
menores.
Cuestiones
como
el
phising;
ciberdelincuencia
son
asuntos
que
nos
preocupan
y
mucho.
Sr.
Domingo
¿Qué
evolución
ha
tenido
el
perfil
del
internauta
en
estos
últimos
años?
Se
ha
democratizado
mucho.
En
ese
1998
eramos
una
especie
de
élite
los
que
navegábamos
en
Internet.
Casi
todo
el
público
eran
informáticos
y
profesionales
del
mundo
de
las
telecomunicaciones
quienes
se
acercaban
a
Internet.
Ahora
según
datos
recientes
del
INE,
el
70
por
ciento
de
la
población
está
conectada,
el
uso
de
Internet
a
través
de
diferentes
soportes
está
en
nuestra
vida
cotidiana.
Eso
sí,
los
problemas
son
parecidos
cuando
no
mayores.
Ahí
están
asuntos
como
la
seguridad
o la
privacidad
en
la
red
o
incluso
las
tarifas
planas
y su
vigencia
siguen
existiendo.
¿Comparte
la
tesis
esgrimida
por
expertos
como
Ofelia
Tejerina,
autora
de
un
libro
sobre
privacidad
y
seguridad,
de
que
los
Estados
conocen
todo
de
nosotros?
Tiene
razón
en
sus
planteamientos.
Estados
y
grandes
corporaciones
tienen
mucho
poder
en
este
sentido
lo
que
ha
generado
un
debate
mundial
sobre
este
tema.
Las
operaciones
del
Gobierno
de
EEUU
para
tener
control
sobre
ciudadanos
de
todo
el
mundo
ahí
están
y se
han
sabido
por
los
medios
informativos.
No
sabemos
para
qué
quieren
esa
información
y lo
que
queda
claro
es
que
nuestra
privacidad
queda
comprometida.
El
problema
del
internauta
es
que
es
muy
confiado.
Debería
tomar
más
precauciones
sobre
este
tema
y no
dar
tanta
información
así
de
golpe.
Entregamos
información
de
forma
notable
a
las
redes
sociales.
El
problema
es
que
las
grandes
corporaciones
con
esta
información
personalizada
pueden
segmentar
muy
bien
sus
productos
y
servicios.
Pese
al
tiempo
pasado
se
sigue
hablando
del
Internet
Gratis
en
muchos
contextos.
Realmente
nunca
ha
sido
así.
Tú
das
información
a
esa
red
social
y
ellos
tienen
información
valiosa
tuya
que
luego
pueden
utilizar
desde
el
punto
de
vista
mercadotécnico.
El
problema
también
está
en
lo
que
no
vemos,
en
los
asuntos
de
espionaje,
algunos
de
ellos
que
han
saltado
a la
primera
plana
de
los
diarios,
donde
la
privacidad
de
las
personas
es
evidente
que
está
en
tela
de
juicio.
Al
final
es
el
propio
usuario
quien
debe
gestionar
esa
privacidad
y
tener
sus
precauciones
en
un
entorno
donde
la
autorregulación
de
las
redes
sociales
no
acaba
de
funcionar
como
se
esperaba.
El
problema
son
los
menores,
que
conocen
mejor
el
entorno
digital
pero
no
tienen
idea
de
lo
que
es
la
privacidad.
La
autorregulación
parece
que
no
acaba
de
funcionar
como
se
esperaba.
Es
cierto,
y
los
Estados
están
un
poco
impotentes.
Empresas
como
Google,
Facebook
y
similares
tienen
sus
empresas
matrices
en
EEUU
y
eso
hace
complicado
su
regulación.
Solamente
nos
protege
la
AEPD
en
esa
gestión
aunque
su
capacidad
es
muy
limitada
en
este
tipo
de
entornos.
No
es
tanto
la
multa
que
se
ponga
a
este
tipo
de
empresas
sobre
cómo
compensan
al
particular
por
esos
daños
que
sufre
ante
una
información
equivocada
o un
problema
en
la
red
de
suplantación
de
identidad.
Al
final
lo
que
se
aquí
se
pervierte
es
la
famosa
neutralidad
en
la
red.
No
es
tanto
el
ancho
de
banda
sino
ver
las
condiciones
en
las
que
nos
hayamos
relacionado.
En
Europa
se
debería
ser
más
riguroso
con
estos
Grandes
Hermanos
que
cada
vez
tienen
más
importancia
en
nuestras
vidas.
Habla
de
Google
y
tengo
que
preguntarle
por
la
famosa
sentencia
de
Derecho
al
Olvido
de
mayo
del
2014
que
tanta
polémica
genera.
Me
preocupa
este
fallo
donde
se
le
da a
Google
una
importancia
que
no
debería
tener.
Este
poder
de
ponderar
los
derechos
de
información
y
privacidad
solo
deberían
tenerlo
los
jueces
desde
mi
punto
de
vista.
No
tengo
claro
lo
que
es
el
derecho
al
olvido
en
un
país
como
el
nuestro
donde
hay
tantos
delincuentes
de
cuello
blanco
que
puedan
estar
interesados
en
que
su
historia
en
la
red
desaparezca.
El
fallo
se
ha
enfocado
mucho
en
Google
cuando
creo
que
éste
es
mero
intermediario.
De
hecho
el
asunto
que
generó
toda
esta
polémica
ha
sido
borrado
del
buscador
pero
no
del
medio
que
generó
la
cuestión
en
este
caso,
La
Vanguardia.
La
perspectiva
de
la
sentencia
debería
ser
más
digital
y
menos
jurídica
y
ver
realmente
donde
empieza
y
dónde
acaba
el
citado
derecho
al
olvido
Y
aparte
de
este
derecho,
¿el
resto
de
los
derechos
de
los
internautas
en
la
red
se
encuentran
bien
protegidos?
Hay
gran
impotencia
en
la
relación
con
los
operadores
telefónicos
y
las
propias
tarifas
que
imponen.
No
hay
un
organismo
en
este
país
que
nos
defienda
en
este
asunto.
La
propia
CMT
solo
se
centra
en
la
relación
de
las
operadoras
y
deja
al
margen
esta
cuestión.
Falta
una
Secretaria
de
Estado
de
Telecomunicaciones
que
nos
defienda.
Ahora
si
hay
un
problema
con
una
operadora
debes
esperar
seis
meses
a
que
se
solucione
esa
cuestión
y no
podemos
esperar
tanto
tiempo.
Estamos
bastante
desprotegidos
ante
cualquier
conflicto
con
estas
operadoras.
Sobre
la
privacidad
ya
le
he
comentado
que
es
la
AEPD
quien
nos
protege
en
la
medida
que
puede.
No
obstante
la
propia
LSSI
si
establece
algunos
derechos
para
el
usuario;
por
ejemplo
que
en
caso
de
litigar
esa
en
el
lugar
en
el
que
vive
el
usuario.
Internet
evoluciona
de
forma
rápida
y
ahora
llegan
Internet
de
las
cosas,
Drones
y
Big
data,
¿Cómo
debemos
afrontarlos?
Los
vemos
con
cierta
ansiedad
por
saber
cómo
van
evolucionar.
Hay
que
darse
cuenta
que
este
escenario
cambia
de
forma
continuada.
Se
trata
de
entender
cuál
es
su
sitio
dentro
de
la
red
y
cómo
debemos
acostumbrarnos
a
ellos
y
sus
implicaciones
en
nuestra
vida.
Ya
preveíamos
que
todo
este
escenario
podría
suceder,
como
de
hecho
está
sucediendo.
Las
cabinas
telefónicas
y
los
discos
de
vinilo
ya
son
historia
y el
escenario
digital
cambia
de
forma
radican
en
cuatro
o
cinco
años.
Quizás
lo
que
no
ha
cambiado
aún
es
el
concepto
de
que
Internet
es
gratis…
Bueno
ese
es
un
tópico
que
hay
que
desterrar.
Cada
usuario
paga
una
factura
mensual
por
el
uso
que
hace
de
la
red
a su
operador
y al
mismo
tiempo,
en
el
caso
de
las
redes
sociales
su
supuesta
gratuidad
viene
compensada
por
esa
información
que
logran
de
nosotros
y
que
no
sabemos
el
uso
que
harán
de
la
misma.
Sin
embargo,
aun
hay
muchos
usuarios
que
se
descargan
material
ilegal
de
la
red,
cuestión
que
la
última
reforma
de
la
LPI
ha
querido
contener.
Hay
que
ver
lo
que
es
piratería.
No
creo
que
lo
sea
aquel
que
se
intercambia
un
archivo
con
derecho
de
autor
y no
se
señala
a
aquel
que
copia
algo
de
la
radio
y la
televisión.
Hay
como
dato
anecdótico
una
serie
televisiva
como
Juegos
de
tronos
donde
los
productores
están
encantados
que
los
internautas
se
intercambien
archivos,
al
ponerlos
en
la
red
de
forma
gratuita
lo
que
genera
una
audiencia
importante.
El
fenómeno
de
la
piratería
también
está
en
evolución.
Cada
vez
menos
observamos
copias
malas
grabadas
en
el
cine
volcadas
en
la
red
y
empresas
como
Apple
han
logrado
que
por
noventa
céntimos
puedas
escuchar
tu
canción
favorita.
Nosotros
siempre
hemos
diferenciado
una
descarga
legal
de
lo
que
es
un
robo
claramente.
¿Porqué
esta
reforma
de
la
LPI
no
gusta
a
nadie,
señor
Domingo?
Es
curioso
pero
es
así,
ni
la
industria
ni
las
entidades
de
gestión
están
de
acuerdo
con
esta
reforma.
Y el
remate
es
el
canon
Google
o
Tasa
AEDE
que
parece
una
manera
encubierta
de
financiar
a
los
medios
de
comunicación.
Solo
los
editores
de
prensa
parecen
contentos
con
esta
nueva
reforma
lo
que
nos
preocupa,
sin
duda.
Cuestiones
como
institucionalizar
el
canon
digital
o la
criminalización
del
enlace,
rasgo
característico
de
Internet
sobre
cualquier
medio
de
comunicación,
son
otros
elementos
con
los
que
no
estamos
de
acuerdo
en
esta
reforma.
De
hecho
la
citada
ley
Lasalle
deberá
tener
como
referencia
la
próxima
directiva
que
se
aprobará
el
año
que
viene.
No
entendemos
las
prisas
en
reformar
la
LPI
y
que
no
se
cuente
con
los
agentes
de
la
sociedad
de
la
información
que
pueden
plantear
cosas
interesantes.
¿Qué
cambios
habría
que
hacer
para
que
esta
ley
funcionara
realmente?
Ya
le
he
comentado
que
no
es
bueno
criminalizar
el
enlace
y le
daría
una
vuelta
al
llamado
derecho
de
cita
para
sobre
todo
las
cuestiones
universitarias.
Tampoco
restringiría
la
llamada
copia
privada,
lo
dejaría
abierto
como
sucede
con
el
software.
¿Cómo
voy
a
tener
problemas
de
copiar
algo
que
he
comprado
y
como
se
puede
restringir?
En
este
escenario
es
fundamental
contar
con
las
propuestas
que
provienen
de
la
sociedad
de
la
información.
Sobre
todo
para
que
esta
ley
no
sea
un
quebradero
de
cabeza
y
genere
inseguridad
jurídica.
Las
leyes
deben
resolver
problemas
no
generarlos.
Ya
es
una
aberración
que
se
incluya
el
canon
digital
en
una
partida
de
los
Presupuestos
Generales
del
Estado.
No
tiene
ni
pies
ni
cabeza
y
esta
reforma
es
una
sin
razón
que
no
sabemos
por
qué
están
tan
interesados
en
sacar.
Respecto
a la
piratería,
¿Dónde
está
la
clave
para
ponerla
freno
en
nuestro
país?
Lo
primero
que
se
debe
cuestionar
son
esas
listas
negras
donde
se
sitúa
a
nuestro
país,
muchas
de
ellas
son
de
parte
y
gestionadas
por
alguna
sociedad
de
gestión
de
derechos
de
autor.
El
concepto
piratería
hay
que
estudiarlo
bien.
Creo
que
el
intercambio
de
archivos
entre
particulares
hay
que
dejarlo
al
margen.
Otra
cosa
es
el
ánimo
de
lucro.
Hasta
que
no
se
cambie
la
ley
ese
intercambio
de
archivo
sin
ánimo
de
lucro
no
es
piratería.
AL
mismo
tiempo
las
cifras
que
se
dan
sobre
intercambio
de
archivo
o
bajarse
material
me
parece
irreal.
La
red
no
tiene
tanta
capacidad
como
se
presupone.
Intercambiar
una
película
entre
particulares
puede
llevar
tres
o
cuatro
días.
La
piratería
hay
que
verla
desde
el
ánimo
de
lucro
y
todo
ese
material
que
se
graba
en
los
cines
para
luego
subirla
a la
red.
Creo
que
se
persiguen
y al
final
acabará
por
controlarse
este
fenómeno.
Al
mismo
tiempo
que
la
LPI
hay
otra
reforma
del
Código
Penal
donde
se
quieren
introducir
tipos
penales
relacionados
con
redes
sociales
e
intercambios
de
archivos…
Creo
que
ya
tenemos
las
leyes
suficientes
para
perseguir
cualquier
conducta
delictiva.
No
es
necesaria
la
reforma
que
ya
anunciaba
el
Ministro
Gallardón.
El
problema
que
tenemos
es
de
lentitud
de
nuestra
justicia
tanto
en
estos
casos
físicos
como
en
el
mundo
online.
Para
saber
si
la
legislación
que
tenemos
es
suficiente
y
eficaz
tenemos
que
pasar
por
algo
que
ni
Justicia
ni
Industria
quieren
oír
ni
hablar,
la
justicia
tiene
que
ser
más
rápida.
Si
no
logramos
es
ineficaz
y da
igual
las
leyes
que
pongas
en
marcha.
No
es
de
recibo
tener
sentencias
después
de
tres
años
en
esta
coyuntura.
Aquí
entra
el
debate
de
la
justicia
online
y no
por
ello
menos
garantista
o
crear
juzgados
especializados
en
estos
temas
relacionados
con
la
sociedad
de
la
información.
Ahora
hay
rumores
sobre
posible
desaparición
de
las
tarifas
planas
en
Internet,
¿Qué
puede
pasar
a
medio
plazo
sobre
este
asunto?
No
sabemos
aún
qué
puede
pasar.
Sí
puedo
decirle
que
la
tarifa
plana
es
una
tendencia
de
mercado
y
será
muy
difícil
romperla.
Esta
tendencia
de
tarifa
plana
se
ha
extrapolado
a
otros
sectores
de
la
economía
donde
pagas
un
precio
por
un
servicio
en
concreto.
Las
operadoras
de
telefonía
tendrán
un
problema
en
justificar
el
cambio
a la
tarificación
de
minutos.
Veremos
que
sucede
al
final. |