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Conocíamos de su habilidad en el campo laboral, como abogada que es de esa jurisdicción, ahora, Laura Molla socia fundadora de GMR Management y Servicios Jurídicos, nos descubre su lado oculto, su perfil de escritora de novela de intriga. En los próximos días verá la luz “ Vanitas Vanitatum”, una ficción de intriga enmarcada en el propio terreno laboral donde el fraude y la ambición son los protagonistas de unos personajes que ven amenazados sus valores más esenciales como personas. “Elementos como la lealtad o la ética son claves en este mundo de la abogacía que vivimos y no se deben pervertir. Por desgracia, en determinadas situaciones el ser humano es mortal y prefiere poder y dinero y mantener sus valores”, comenta a este periodista. Esta novela autoeditada por la propia letrada estará disponible en los próximos días en su web, Las Novelas de Laura, así como en otros canales como Amazon o los ebooks de Apple. “Es importante tener la personalidad suficiente para no verte engullido por el sistema”, comenta aunque luego también nos confiesa que “todo el mundo tiene un precio; su debilidad que si se deja a la vista de todos puede ser muy peligroso para tu integridad”. En primera persona “A lo largo de mi vida la lectura ha estado presente siempre desde muy joven. Es una forma de abstraerse de la realidad y alimentar la imaginación. De hecho fui escribiendo al mismo tiempo, aún conservo mi primer cuento “El gatito perdido”, escrito en valenciano a los ocho años. Con posterioridad, y ya a lo largo de mi carrera profesional como abogada he seguido escribiendo. Es una forma de evadirse de una profesión dura; hay incluso momentos de soledad donde debes tomar decisiones. Es posible que en el futuro los relatos cortos que tengo escritos vean la luz. Me gusta mucho la novela jurídica y John Grisham es una de mis fuentes de inspiración. Espero que en esta primera obra haya logrado enganchar al lector como él hace. Poner en marcha esta obra es una idea que ya tenía desde noviembre del 2012. Mientras encontraba el momento de escribir “Vanitas Vanitatum” iba tomando notas y definiendo el hilo argumental del libro. Las noticias que salieron en prensa me ayudaron en parte hasta que decidí desconectarme de ellas. Estamos hablando de una obra de ficción aunque paradójicamente tiene muchos visos de ser realidad si lo comparamos con noticias como el fraude de los ERES en Andalucía y la instrucción de la Jueza Alaya sobre este asunto. Narramos la historia de una asociación de empresarios que contrata a un abogado del montón para que sirva de testaferro y defraudar ayudas que ofrece la Generalitat, la novela está ubicada en Valencia, a través de pólizas fraudulentas de expedientes colectivos. Este es un proyecto personal de autoedición. He preferido no meterme en el campo de las editoriales porque realmente me apetecía mucho afrontarlo. En unos días estarán los libros listos para ser vendidos. “Vanitas Vanitatum”, tendrá su web . También se podrá encontrar en Amazon y en los ebooks de Apple, en su formato digital. En esta estrategia de difusión tengo in mente hacer diversas presentaciones de la obra en Madrid, Barcelona y Valencia. Son ciudades importantes en las que hay muchos amigos, algunos de ellos descubiertos por las redes sociales. Espero que acudan y lean este libro.” Sra Mollá, “Vanitas Vanitatum”, está ambientada en un ambiente laboral, ¿es éste un ámbito propicio al fraude más que otros? No más que otros. Este ambiente laboral es lo que une la trama donde se han diseñado los personajes de la novela, sus sentimientos y forma de hacer. Con esta obra lo que subyace es que como el dinero y la ambición puedes tener tanta vanidad que perder los papeles y el norte. A nadie se le escapa que la vanidad puede hacer que uno pierda sus valores principales. Elementos como la lealtad o la ética son claves en este mundo de la abogacía que vivimos y no se deben pervertir. Por desgracias, en determinadas situaciones el ser humano es mortal y prefiere poder y dinero y mantener sus valores. Sí es cierto que a nivel de medios de comunicación este tipo de noticias, ambientadas en un entorno laboral, a veces sin confirmar, venden más y tienen más repercusión. Fraude hay en todas partes. ¿Ese es el caso de Fermín, el abogado protagonista de esta trama? Un abogado del montón, poco formado que no advierta que está siendo utilizado. El dinero que le ofrecen hace que se aleje de sus valores más nobles. En situaciones como ésta podemos encontrarnos alguna vez en la vida y hay que saber decir que no.. pero no es fácil. ¿Con que personaje de la obra se identifica usted? Todos los personajes tienen algo de su autora. Han ido apareciendo al mismo tiempo que iba dando forma a la trama. Hay rasgos de personas conocidas de mi entorno pero entremezclados con otros rasgos. Es posible que el lector cuando se adentre en la obra se fije en el personaje de Claudia, la amiga de Fermín, que le hace volver a la realidad. En el propio Fermín esos valores se asemejan mucho a los que tengo; incluso Gabriel otro de los abogados también tiene algo de mí en este relato. Hay otro papel en la novela, de poder y ambición encarnado en Belén, la fiscal del caso que busca fama en esta instrucción… Es cierto, ella se da cuenta que si soluciona ese caso podrá ascender y destacar profesionalmente. Es casi obsesivo su deseo de acabar la instrucción de este caso. También sexualmente hablando tiene sus fantasías satisfechas por otro personaje. En una novela de este tipo, ¿qué papel juega el sexo…, si juega alguno? La verdad es que no es un elemento que esté explícito. Si hay dos escenas concretas que tengo que reconocer costó describirlas. Tampoco quería que el lector desviara la atención del núcleo argumental de la obra. Algo que no es ficción y que parece contrastado es que el abogado aún no tiene un reconocimiento social realmente claro. Se le observa como estirado y prepotente. Los tiempos cambian y hay que hacer un esfuerzo por estar próximo al cliente. Nunca hay que confundir esta proximidad con excesos de confianza que pueden generar situaciones embarazosas. Hay una barrera que es mejor no cruzar. Si se cruza pueden llegar a perderte la confianza y , por ende, el respeto. No hay peor cliente que un amigo puede llegar a pensar que lo que le aconsejas no es lo mejor. Otro tema que subyace en la novela es la situación, frecuente además, que el abogado no es capaz de ceder ese tema que no es experto a otro compañero. Y eso es muy arriesgado si no eres un experto. En el caso de Fermín su ambición por cambiar de estatus le hace meterse en un terreno que no conoce a fondo como es la jurisdicción laboral. Su falta de preparación no le hace ve que los políticos que se acercan a él quieren utilizarle. En un momento como el que vivimos es mejor que sepas hacer muy bien tu trabajo y no meterte en otras historias. Hay que ser sincero y ceder ese asunto a otro compañero si realmente no estás capacitado para ello aunque tengas la confianza del cliente. Ceder un caso a un compañero es un síntoma de humildad que se debería tener más en cuenta en estos momentos. Si lo haces bien creas sinergias con compañeros que quíén sabe si en el futuro podrán derivarte otros asuntos similares al tuyo. Por encima de todo debe estar la satisfacción del cliente. ¿Realmente ser ético y proteger tus valores en los tiempos que corren merece la pena? Creo que sí Lo que está claro es que hay que tener mucha personalidad para no verte engullido por el sistema y no ser uno más. Es la mejor manera de no perder tu identidad como persona y profesional. Se trata de ser consecuente con uno mismo y no ir al son que marcan los demás. No merece la pena perder tu personalidad y lo que uno es. El valor de una persona es ser coherente con su personalidad. En su novela ahonda en el tema de corrupción, de actualidad en nuestra sociedad. ¿Realmente hay los medios adecuados para luchar contra ella? Vivimos en un círculo vicioso complicado de desentrañar. Cuanto más fraude y corrupción se hace más leyes, pero ese exceso legislativo impide que se actúe de acorde a la normativa y así se hace más fraude. Si fuéramos hacia una simplicidad legislativa la situación sería mejor, sobre todo para el ciudadano que debe entender el marco normativo al utilizarlo de forma frecuente. Posiblemente esta simplicidad generaría menos fraudes de los habituales. También el Código Penal aparece en nuestras vidas, incluso en el terreno laboral. No acabo de entender esta penalización de nuestra vida. Y que ahora se diga, por ejemplo, que se va a regular las tareas de casas de los menores via legislación. Algo increíble. Como padres no debemos perder cómo educar a nuestros hijos. Hay una hiperregulación importante en nuestra sociedad. En el caso de la educación hay que evitar esa normativización de la que estamos hablando. Ese sigue siendo terreno de padres y entidades docentes. ¿Con qué ideas fuerzas le gustaría que el lector se quedase tras leer “Vanitas Vanitatum”? Lo que hemos hablando en esta entrevista. Plantear el debate si es o no pertinente ser ético y consecuente en el momento en el que vivimos por encima de la trama laboral que se desarrolla en la novela. No es sencillo, se entabla una lucha entre los valores de siempre y la ambición, una ambición que hasta cierto punto no es mala pero que no debe hacer perder la coherencia interna que uno tiene. ¿Realmente todos tenemos un precio, o puede sobrevivir la honestidad? Es posible que todos tengamos un precio, pero no tiene porqué ser económico. Cada persona tiene sus debilidades y con ello la gente juega y ahí debes intentar no mostrarlas en un mundo como el que vivimos. ¿Da la sensación que profesiones como la del abogado, notario y otras han vivido muy bien y ahora tienen que reconvertirse y buscar un hueco en la sociedad? La crisis está creando otro tipo de abogado más accesible y con los pies en la tierra. Por si esto fuera poco las generaciones que ahora entran en la abogacía vienen de otro Plan de Estudios, de otro enfoque más práctico y apegado a la realidad. Ahora el aprendizaje de la profesión es más dinámico que hace años. Veremos dentro de quince años como se consolidan estos jóvenes abogados. Y cómo evolucionan en una profesión que no es sencilla y exige muchos sacrificios como es el de la abogacía.
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