Estimado internauta:
Ya nos avisaron en su momento que entrevistar a Andrés de la Oliva iba a ser una experiencia especial. Para este periodista la experiencia ha sido una de las más gratas en su trayectoria más inmediata. Profesionales de la talla de Salvador Viada, fiscal del Tribunal Supremo o Jesús Villegas, magistrado y compañero suyo en la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial nos alertaron de su conocimiento y talante de esta justicia languideciente que tenemos.
Y es cierto, la práctica superó a la teoría. De la Oliva es un intelectual comprometido con las injusticias de su tiempo. Que no tiene reparo en hablar del entorno que conoce muy bien y analizar a fondo cada asunto. Para nada se ha encerrado en la torre de marfil de la Universidad, sino que mantiene un contacto directo con la realidad. Esa realidad que le permite señalar que los planes de estudio de toda la vida son mejores que los cambios efectuados por Bolonia.
De la Oliva, procesalista por excelencia, advierte antes de empezar a charlar que los cambios que se han hecho en la Universidad han empobrecido a los alumnos y a los propios profesores. Y que eso ha generado que los trabajos de investigación hayan disminuido. Sobre la prueba de acceso elige la palabra favorita en este encuentro, disparate, para subrayar que este test no aclara si el futuro abogado será un buen jurista.
A lo largo de más de dos horas de amena conversación, convenientemente resumida para que nuestro lector pudiera darse una idea de los pensamientos de este ilustre catedrático, abordamos todos los temas, tanto las reformas en marcha del ministro Catalá como más concretamente las tasas judiciales y su momento actual.
Nuestro entrevistado alimenta un blog que se ha convertido en referencia para muchos juristas http://andresdelaoliva.blogspot.com.es / Su último post sobre las tasas es una apasionada defensa de su abolición. Y cita al filósofo Bentham británico del siglo XVIII para rechazar la imposición de un tributo de este tipo.
Ha sido su defensa a ultranza de la derogación de la Ley de Tasas quizás la actividad que le ha colocado en el ojo del huracán. Y es que no es habitual que un intelectual ya con la vida resuelta se posicionará tan claramente ante este asunto. Aún se recuerda su participación en el seminario sobre activimos y redes organizado por la #BrigadaTuitera. De ellos señala De la Oliva con rotundidad que son parte clara de nuestra sociedad civil.
En un momento en el que se espera un cambio sustancial en nuestras tasas judiciales parece conveniente repartir este éxito tanto en las negociaciones que se han hecho desde el CGAE, como al mismo tiempo en la presión popular efectuada por la citada Brigada y otros interlocutores como el caso de De la Oliva. Un éxito, por tanto, que nadie a nivel personal debe monopolizar para sus aspiraciones personales.
De la Oliva, ex vocal del CGPJ en el periodo de 1990-96, y apasionado de la medicina, coincide en el diagnóstico de muchos que la justicia es un enfermo en mal Estado. Y que las soluciones deben ser pocas pero bien localizadas. Rechaza la figura de los tribunales de instancia para mejorar la organización de nuestros juzgados y pide una informatización real de nuestros juzgados con un único sistema interoperable.
Nuestro interlocutor alerta de la politización del CGPJ, con vocales de primera y segunda, insuficientes para sacar todo el trabajo que genera nuestra justicia. Y señala como poco acertado que Ministerio de Justicia, CGPJ y CCAA con competencias transferidas se encarguen al mismo tiempo de la administración de justicia. La experiencia señala que no ha funcionado este invento tan español.
Cuando le preguntamos por los cambios del Ministro Catalá, “ un ministro de transición sin lugar a dudas” recuerda que la Lecrim está mal enfocada. Disiente de que la acusación popular se reduzca a la mínima expresión y se muestra convencido que limitar los plazos de instrucción no será una buena idea.
Respecto a la instrucción dirigida por el Fiscal se muestra contrario porque alega que ese tipo de iniciativas las tiene que llevar a cabo un servidor público independiente del poder. Como bien sabe nuestros lectores ese es un debate aún abierto porque este cambio sustancial no se ha incluido en la reforma parcial de la Lecrim que respalda Catalá. Habrá que ver si en el futuro es posible consensuar este cambio normativo que redundaría en un mayor.
Andrés de la Oliva, un intelectual comprometido con su tiempo. Que sigue muy de cerca el entorno que le rodea, un entorno en el que sabe que hay que hacer cambios progresivos para que nuestra justicia funcione. Un ponente de primera fila que no deberían desaprovechar ICAM y CGAE en los Congresos que organizan esta primera. No defraudará a nadie.
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