En
este
encuentro
con
los
medios
informativos
que
ha
mantenido
ayer
CIMA,
en
el
que
estuvieron
presentes
Juan
Serrada,
presidente,
Francisco
Ruiz
Risueño,
secretario
y
Gonzalo
Stampa,
director,
hubo
un
tema
que
suscitó
el
interés
de
los
medios
informativos
allí
presentes:
la
internacionalización
de
esta
institución
arbitral
en
un
mercado
global
sin
fronteras.
A
este
respecto
es
vital
reseñar
la
importancia
de
la “
Cátedra
de
Arbitraje
Universidad
Rey
Juan
Carlos-CIMA”
que
se
ha
puesto
en
marcha
recientemente
para
formar
a
jóvenes
promesas
del
arbitraje
y a
expertos
árbitros
que
deseen
actualizar
sus
conocimientos.
Hemos
conversado
con
Francisco
Ruiz
Risueño,
secretario
general
de
la
entidad.
Un
profesional
que
por
su
trabajo
está
muy
pendiente
del
desarrollo
del
procedimiento
arbitral
hasta
que
acaba
en
laudo,
la
mayoría
de
veces.
“Llevo
muchos
años
en
el
arbitraje,
he
sido
árbitro,
abogado,
en
diferentes
Cortes
Arbitrales
para
luego
incorporarme
a
CIMA,
primer
como
árbitro
y
luego
como
secretario
general
adjunto
para
tomar
hace
dos
años
el
relevo
a
Luis
Argüello,
nuestro
secretario
general
en
los
últimos
veinte
años”,
aclara.
Sr.
Ruiz
Risueño:
¿Podría
explicarnos
qué
importancia
da
CIMA
a la
formación
de
árbitros
y de
sus
profesionales?
Nuestra
institución
arbitral
apuesta
de
forma
decidida
por
difundir
el
conocimiento
del
arbitraje
entre
las
nuevas
y
futuras
generaciones
de
árbitros.
Muchos
de
ellos
antes
se
iniciaron
como
abogados
de
parte
para
conocer
mejor
la
práctica
arbitral.
En
esta
línea
de
trabajo,
hemos
suscrito
recientemente
un
convenio
de
colaboración,
que
creemos
importante
y
trascendental,
con
la
Universidad
Rey
Juan
Carlos
creando
“la
Cátedra
de
Arbitraje
Universidad
Rey
Juan
Carlos-CIMA”,
codirigida
por
José
F.
Merino
Merchán
y
Antonio
Hierro
Hernández-Mora,
ambos
de
reconocido
prestigio
en
el
mundo
arbitral.
Desde
fuera,
parece
evidente
que
instituciones
como
CIMA
deben
apostar
por
la
formación
de
sus
profesionales,
al
escasear
programas
formativos
en
nuestras
Universidades.
Es
cierto.
Y
esperemos
que
a
corto
plazo
nuestros
legisladores
y
Universidades
sean
conscientes
de
que
deben
fijar
las
bases
que
permitan
a
nuestros
estudiantes
acercarse
al
arbitraje
desde
la
Universidad.
. En
estos
momentos,
por
desgracia
la
formación
de
los
profesionales
del
arbitraje
está
muy
alejada
del
ámbito
universitario.
Los
árbitros
pertenecen
al
mundo
del
Derecho
y a
lo
largo
de
su
carrera
profesional
perfeccionan
sus
conocimientos.
Sin
embargo
cuando
son
estudiantes
o
Licenciados
en
sus
respectivos
grados
apenas
han
tenido
contacto
con
el
arbitraje.
Desde
esta
Cátedra
recién
creada
queremos
que
tanto
aquellos
recién
licenciados
como
aquellos
árbitros
que
quieran
actualizar
sus
conocimientos
sepan
que
hay
un
foro
docente
abierto
para
ello
con
el
respaldo
de
CIMA
y de
la
Universidad
Rey
Juan
Carlos.
Colegas
suyos
han
asegurado
que
para
ser
un
buen
árbitro
se
debe
ser
un
buen
abogado
de
parte.
Yo
no
me
atrevería
a
afirmar
con
rotundidad
ese
comentario,
aunque
la
práctica
arbitral
como
abogado
ayuda.
Es
evidente
que
hay
que
tener
la
práctica
forense
suficiente
para
conocer
a
fondo
como
funciona
un
procedimiento
arbitral,
que
nada
tiene
que
ver
con
un
procedimiento
judicial
ordinario.
Conscientes
de
ello,
la
mayor
parte
de
los
grandes
y
medianos
despachos
de
abogados
han
configurado
en
su
organización
un
departamento
o
sección
dedicada
a l
arbitraje,
lo
que
contribuye
de
manera
positiva
a
que
aparezcan
verdaderos
especialistas.
No
puede
olvidarse
que
la
especialización
es
una
de
las
notas
distintivas
del
arbitraje..
¿Qué
es
lo
más
complicado
de
entender
para
un
futuro
árbitro
en
este
escenario?
Hay
que
tener
siempre
presente
que
nuestros
abogados
responden
a
una
práctica
forense
derivada
de
la
Ley
de
Enjuiciamiento
Civil,
por
lo
que
puede
producirse,
al
principio,
cierta
falta
de
adaptación
cuando
se
ve
que
el
procedimiento
arbitral
sigue
unas
pautas
totalmente
diferentes.
Hablamos
de
un
procedimiento
más
rápido
y
flexible,
menos
formalista
que
el
procedimiento
judicial.
Esto
hace
que
los
profesionales
del
arbitraje
se
reciclen
con
el
paso
del
tiempo.
No
todo
abogado
con
veinte
o
treinta
años
de
profesión
termina
adaptándose
al
mundo
del
arbitraje.
Volviendo
a
“la
Cátedra
de
Arbitraje
Universidad
Rey
Juan
Carlos-CIMA”,
sabemos
que
tienen
planes
de
internacionalizar
esta
actividad.
Es
un
proceso
lógico
porque
vivimos
en
un
mundo
global,
sin
fronteras.
Los
árbitros
o
abogados
de
parte
en
el
arbitraje,
al
igual
que
los
abogados
convencionales
van
allá
donde
hacen
negocio
sus
clientes
para
ofrecerles
asesoramiento
jurídico.
En
esta
oportunidad
la
alianza
estratégica
entre
CIMA
y la
Universidad
Rey
Juan
Carlos
va a
propiciar
que
organicemos
este
otoño
unas
jornadas
en
la
prestigiosa
Universidad
de
Harvard,
uno
de
los
centros
de
referencia
del
Derecho
en
los
EEUU
y en
el
mundo.
Con
estas
jornadas
pretendemos
la
proyección
internacional
de
CIMA
en
un
doble
ámbito,
en
el
mundo
anglosajón
a la
vez
que
en
el
entorno
latino
o
hispanoamericano.
De
hecho
nuestro
deseo
como
institución
arbitral
es
la
de,
una
vez
consolidados
en
el
mercado
nacional,
seguir
proyectándonos
a
nivel
internacional.
El
prestigio
internacional
de
la
Universidad
Rey
Juan
Carlos
y de
nuestros
árbitros
suponen
una
apuesta
segura
e
irrenunciable.
Los
jóvenes
abogados
que
apuestan
por
el
arbitraje
tienen
claro
que
además
de
estudiar
deben
conocer
ciudades
como
Londres
y
Ginebra,
cunas
de
la
práctica
arbitral.
La
preocupación
y el
interés
por
el
arbitraje
de
alguna
manera
nos
ha
llegado
desde
el
exterior,
aunque
un
país
como
el
nuestro
fue
pionera
en
la
materia.
Ahí
están
Las
Partidas
de
Alfonso
X el
Sabio
o
los
componedores
de
la
Edad
Media.
Ahí
está
la
Constitución
de
Cádiz.
Luego
se
estableció
el
monopolio
de
la
función
jurisdiccional
y
fueron
los
países
anglosajones
quienes
han
desarrollado
la
práctica
arbitral
más
que
en
otros
países,
en
principio
en
el
ámbito
del
derecho
marítimo,
para
luego
extenderse
a
otras
disciplinas
y
ámbitos.
En
España
ha
calado
plenamente
el
arbitraje
internacional.
Tenemos
Instituciones
y
árbitros
de
reconocido
prestigio.
Es
necesario,
sin
embargo,
avanzar
más
en
el
arbitraje
doméstico.
Es
curioso
pero
aún
las
autoridades
académicas
no
han
convertido
al
arbitraje
en
una
disciplina.
¿Qué
quiere
decirles
a
ellos,
Sr.
Ruiz
Risueño?
Todo
es
cuestión
de
tiempo
y de
que
exista
una
cultura
del
arbitraje
en
nuestro
país.
Pero
realmente
en
los
últimos
diez
años
sí
hemos
visto
que
se
va
insertando
en
nuestra
sociedad
como
método
extrajudicial
de
solución
de
conflictos.
Pero
es
necesario
seguir
avanzando.
Desde
la
citada
“Cátedra
de
Arbitraje
Universidad
Rey
Juan
Carlos-CIMA”
queremos
incidir
en
los
poderes
públicos
para
que
dentro
de
la
asignatura
de
derecho
procesal,
si
fuese
posible
a
medio
plazo,
se
estudie
a
fondo
lo
que
es
el
arbitraje.
De
esa
forma
se
lanzaría
el
mensaje
a la
sociedad
y a
los
alumnos
que
tras
acabar
la
carrera
pudieran
especializarse
en
esta
práctica
diferente
de
la
habitual
en
la
forma
de
resolver
la
controversia
entre
particulares.
SUMARIO
“Desde
esta
Cátedra
queremos
que
tanto
aquellos
recién
licenciados
como
aquellos
árbitros
que
quieran
actualizar
sus
conocimientos
sepan
que
hay
un
foro
docente
abierto
“ |