Lleno total en la biblioteca del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), en la celebración de los 40 años de la Constitución española de 1978, uno de los numerosos actos que estos días se suceden en la ciudad. Se celebró la Carta Magna y la ‘cintura’ política y humana que la propició. Pero, sobre todo, se reivindicó la figura de la abogacía y el derecho de defensa como pilar fundamental del Estado de Derecho.
Núria Ribas / @oikit
José María Alonso, decano del ICAM, en el acto de celebración de los 40 años de Constitución / N.R.
Con imágenes de cómo se fraguó, pactó y aprobó la Constitución de 1978 de fondo, la abogacía en pleno celebró ayer su particular homenaje a la Carta Magna. José María Alonso, decano del ICAM, quiso que también estuviera presente la decana de la abogacía barcelonesa, Maria Eugènia Gay. Un gesto relevante (la decana es duramente criticada en Barcelona desde algunos sectores por su defensa constitucional), que reafirma la buena sintonía que se vive últimamente entre el ICAM y el ICAB.
Ambos, Alonso y Gay, destacaron el papel fundamental de la abogacía en la aplicación de los derechos constitucionales. “Nosotros defendemos la defensa. La garantía de que todo el mundo merece una defensa es innegociable en un Estado de Derecho”, resaltó Alonso. “El artículo 24 de la Constitución es básico: la tutela judicial efectiva, el derecho a la asistencia letrada, es uno de los pilares fundamentales”, remachó Gay.
La decana del ICAB también aprovechó el acto para reivindicar el papel de la mujer en el devenir histórico de la abogacía, desde la romana Calpurnia hasta, tras veinte siglos de prohibición machista, el año 1922, cuando María Ascensión Chirivella fue admitida por el Colegio de Abogados de Valencia.
También lo hizo la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que presidió y clausuró el acto, recordando a las diputadas y senadoras de esa primera legislatura constituyente (1977-1979) que aportaron su visión y su saber en numerosos artículos de la Constitución que se estaba fraguando.
Una Constitución que, como apuntó el decano del ICAM, “todo el mundo parece estar de acuerdo en que necesita una reforma, pero también parece haber un pacto tácito de ‘no abrir el melón’, porque se sabe cómo empieza la reforma, pero no cómo acaba”.
En este sentido, el catedrático de Derecho Constitucional Óscar Alzaga defendió una “reforma ordenada” de la Carta Magna, para que “no tengamos la Constitución con más renuente a la actualización de toda Europa. Solo dos reformas puntuales en 40 años, mientras que en Alemania, por ejemplo, reforman prácticamente un artículo constitucional al año”.
La ministra de Justicia suscribió esta tesis. De hecho, Delgado señaló como “principal reto de la Constitución es que seamos capaces de reformarla entre todos para mejorarla y adaptarla a los nuevos tiempos”.
