El cambio climático entra en tromba en el modelo de negocio de la gran empresa

Publicado el miércoles, 25 octubre 2017

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Núria Ribas / @oikit

Los informes de Responsabilidad Corporativa (RC) han dejado de ser patrimonio de la buena fe de las compañías o de las exigencias regulatorias. Son, cada vez más, una pieza clave para que un inversor confíe en apostar su dinero en una u otra empresa. Y entre los cinco grandes temas que sustentan estos informes despunta el cambio climático, impactando de lleno en el negocio de casi todos los sectores económicos, según un informe presentado esta semana por la consultora KPMG.

Algunos viticultores de la zona de Burdeos están comprando cepas en la Bretaña. Al norte, si las predicciones no fallan, de aquí 20 o 30 años se mantendrán unas temperaturas que permitirán seguir elaborando caldos de calidad. Estos viticultores lo saben porque han integrado en sus informes un elemento fundamental: el cambio climático. Y cuando inician una ronda de inversión para atraer capital, es uno de los puntos fuertes que muestran a los potenciales inversores. El cambio climático está integrado en sus informes de Responsabilidad Corporativa. Actúan en consecuencia. Generan confianza en los inversores.

Los inversores son cada vez más conscientes de que aspectos que antes se consideraban ‘no financieros’ pueden llegar a tener un efecto sustancial en la capacidad del negocio para crear valor y protegerlo, tanto a corto plazo como a largo plazo”, explica José Luis Blasco, responsable global de Servicios de Sostenibilidad de KPMG. “Es lo que llamamos ‘capitalismo de stakeholders’: el valor pre-financiero de una empresa se consigue a través de la RSC y de las expectativas y confianza que generas. Por tanto, ese valor, a veces muy superior al valor nominal, no pertenece a los accionistas de la empresa”.

En este valor ‘pre-financiero’, ha jugado un papel muy importante el cambio climático. El medio ambiente ha entrado en tromba en las expectativas de negocio de cualquier gran compañía del mundo. Según el Informe global de KPMG sobre reporte de las políticas de RC 2017, entre las tendencias emergentes observadas destacan cuatro: el reconocimiento de los riesgos financieros ligados al cambio climático; la mención a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU; el asumir los Derechos Humanos como una cuestión más de negocio; y la necesidad de informar sobre medidas y objetivos de la empresa para la reducción de emisión de gases contaminantes.

En esta décima edición, el estudio ha analizado la información que recogen en sus informes financieros anuales y de Responsabilidad Corporativa (RC) un total de 4.900 compañías en 49 países del mundo, en concreto las 100 empresas más grandes en cada uno de los países analizados.

Y España no queda en mal lugar. De hecho, según el estudio de KPMG, se sitúa entre los líderes mundiales en los reportes de RC. “En España se realizan muy buenos informes de RC. Además, tenemos una tradición que nos avala: el primer informe de RC se hizo ya en el año 2001”, señala José Luis Blasco.

Los informes integrados, el futuro

Blasco resalta que la tendencia que marcará la diferencia entre las empresas a la hora de demostrar que van más allá de los informes financieros es la figura del informe integrado: “En realidad se trata de aunar el informe de gestión, en el que detallamos finanzas, actualidad de la compañía, etc, con el informe de RC, que debe recoger el impacto en nuestro negocio que pueden provocar fenómenos como el cambio climático. Este informe integrado es el que recogerá el modelo de creación de valor para nuestra compañía”.

Aun así, según se desprende del estudio, el 29% de las grandes empresas españolas reconoce el impacto del cambio climático en su negocio, pero no lo cuantifica. Eso sí, el 68% de las 100 mayores empresas españolas ya incluyen información no financiera en sus informes anuales (en 2015 este porcentaje era solo del 51%). Teniendo en cuenta que hasta ahora estos reportes no eran obligatorios (este 2017 la cosa cambia, ya que entra en vigor la Directiva 2014/95 sobre divulgación de información no financiera y diversidad para empresas de interés público de más de 500 empleados), no está nada mal, aseguran desde KPMG.

¿Qué implica todo esto para la gran empresa? “Del estudio podemos deducir tres puntos clave a tener en cuenta por las empresas”, explica Blasco.Primero, deben prepararse para más regulación que está en camino. Segundo, deben tener claro que el reporte integrado es el futuro y que algunas variables no financieras son tan o más importantes que las financieras. Y, tercero, tener presente que, de ahora en adelante hay que informar sobre impactos, no sobre meras estadísticas”.

Sobre el autor
Núria Ribas

Periodista. Más de 20 años de experiencia en medios escritos y en comunicación política y corporativa. Periodismo jurídico, económico, político y cultural. Veraz siempre; parcial, también. @oikit

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