¿Por qué falla tanto la refinanciación de la deuda empresarial en España?

Publicado el miércoles, 14 diciembre 2016

refinanciación

Son muchas las quejas por parte del mundo empresarial, y de no pocos inversores, sobre los resultados más que dudosos de los procesos de refinanciación de la deuda de una empresa. La secuencia es conocida, especialmente durante estos años de crisis. Para llevar a cabo nuestra actividad empresarial necesitamos líquido, que generalmente pedimos a las entidades financieras, esperando unos resultados de facturación determinados. Pero esos resultados no se cumplen y sí en cambio la fecha devolución de ese crédito que no podemos devolver. Se pone en marcha entonces ese temido paseo por todas las entidades con las que tenemos contraídos créditos para que nos refinancien esa deuda, es decir para que nos presten más dinero para afrontar esta deuda o para que no se alargue en el plazo para retornar el crédito. También podemos acudir a inversores foráneos para conseguir el dinero y refinanciar la deuda contraída.

El problema es que, generalmente, las condiciones de esta refinanciación son draconianas, cuando no con una supuesta falta de seguridad jurídica para aquellos inversores si, finalmente, la empresa acaba quebrando. Todo ello hace que muchos pre-concursos no lleguen a buen puerto aquí en España. Justo al revés de lo que pasa en la mayoría de países de nuestro entorno. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Tenemos una legislación adecuada para afrontar las refinanciaciones de deuda?

Sin lugar a dudas. Quizás de forma un tanto motorizada y desordenada pero desde el año 2012 hemos tenido un proceso de innovación legislativa para crear instituciones prejudiciales, instituciones que permiten refinanciar deuda sin necesidad de llegar al concurso de acreedores”, asegura Juan Carlos Rodríguez Maseda, socio director de Dictum Abogados.

El ‘desorden’ al que se refiere Rodríguez Maseda para acreditarlo el hecho de que la Comisión General de Codificación esté trabajando en estos momentos en una propuesta de reforma de estas instituciones para organizarlas. “Pero aun así, existen herramientas suficientes para iniciar un proceso de refinanciación y concluirlo satisfactoriamente”. “Nos referimos a herramientas como el pre-concurso, el 5 bis de la Ley Concursal, vías propias para la refinanciación de deuda financiera con las entidades bancarias y la reciente reforma de los acuerdos extrajudiciales de pago, que permiten la refinanciación de deuda a través de la designación de un mediador concursal”, enumeran desde Dictum.

Entonces, ¿cuál es el problema? Rodríguez Maseda lo tiene claro: “El otro día oía al ministro Catalá decir que hay más de un millar de mediadores concursales. Creo que falta formación en los mediadores concursales, falta profesión y falta equipo”. Además, este abogado especialista en mercantil, apunta que “ese sentimiento en el empresariado de frustración ante las técnicas preconcursales que, por cierto, tan buenos resultados dan en otros países como los anglosajones, viene determinada por el interlocutor habitual en las refinanciaciones en el caso de España, que son los bancos”.

En este sentido, Rodríguez Maseda cree que la mayoría de entidades financieras “no tienen una actitud de negociación y de buscar una solución”, aunque asegura que “las entidades tienen excelentes cuadros, magníficos profesionales, pero quizás falta formación en mediación concursal, sobre todo a nivel provincial”. El socio de Dictum apunta que quizás, por parte del legislador, haría falta “incrementar los incentivos para que las entidades financieras se sienten a negociar y lo hagan de buena fe, en el sentido de que una reestructuración de la deuda suele hacerse sobre planes de viabilidad que exigen un marco de voluntarismo, creer que salvar a la empresa es posible más allá de lo estrictamente técnico”.

Un repaso rápido a nuestra legislación en cuanto a refinanciación de la deuda atestigua pues que herramientas para llevar a cabo esta figura existen y son muy similares a las que existen en otros países de nuestro entorno donde el ‘salvamento’ de empresas en dificultades funciona mejor, aunque tampoco podemos obviar el músculo financiero de nuestras empresas, la mayoría micro pymes, que no es equiparable a economías como la francesa, con una cuota de medianas empresas mucho más elevada que la española.

*Escucha la versión radiofónica de la entrevista a Rodríguez Maseda en Derecho Abierto pinchando aquí

 

 

Sobre el autor
Núria Ribas

Periodista. Más de 20 años de experiencia en medios escritos y en comunicación política y corporativa. Periodismo jurídico, económico, político y cultural. Veraz siempre; parcial, también. @oikit

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